Recordando a Ana María Matute

Hay fechas para recordar, y el 8 de marzo es una de ellas. Sin embargo, cuando pasan, todo se olvida y sucede como decía Ana María Matute: «Es extraño que la realización de un deseo provoque un vacío tan grande». Y es que las fechas se agotan y las tendencias se prolongan con demasiada permanencia. Así mismo, el tema de la igualdad que concierne a las mujeres conlleva muchos aspectos, entre ellos la precariedad laboral y la falta de oportunidades, como sucede en la Región de Murcia, siendo una de sus raíces el abandono escolar.

A pesar de la reducción de la tasa de abandono en los últimos años, esta sigue siendo una de las más altas de España, lo que impacta directamente en la empleabilidad femenina. Parece que no aprendemos, pues llevamos ya mucho tiempo con la misma situación y reivindicando lo mismo, por lo que cobra más sentido aún la frase de la anterior K de la Real Academia: «Si bien la inteligencia tiene un límite, la tontería y la malicia no tienen fondo visible».

Murcia es la comunidad con mayor brecha salarial

Según un informe de CC OO, la tasa de empleo de las mujeres en Murcia es de las más bajas del país -43,31%-, y muchas no pueden trabajar por la falta de servicios de cuidado de la familia. Además, el 62% de las personas desempleadas son mujeres, con una tasa de paro femenina del 15,35%, superior a la masculina. La segregación laboral es evidente: los hombres predominan en la industria y la construcción, mientras que las mujeres se concentran en sectores de menor remuneración y alta temporalidad, como la hostelería y los servicios. La brecha salarial sigue siendo grande, con una diferencia de 5.220 euros por año.

Este aspecto es muy importante, ya que, parafraseando a la Premio Cervantes de 2010: «Querida... si bien nadie puede dudar que los hombres son extraordinarios conquistadores… las mujeres somos la civilización». Una frase de gran verdad, pero que muchas mujeres olvidamos, y da la sensación de que importamos poco cuando seguimos enfrentándonos a dificultades para acceder a un empleo digno y estable.

Recordemos que el abandono escolar temprano limita las oportunidades de las mujeres, llevándolas a empleos precarios e inestables. En Murcia, el 69% de los contratos indefinidos a tiempo parcial son de mujeres, lo que implica menores ingresos y peores condiciones de jubilación. Así mismo, muchas interrumpen su trabajo para dedicarse al cuidado familiar: el 86% de quienes dejan de trabajar por esta razón son mujeres, y el 73,45% de las excedencias por cuidado familiar son solicitadas por ellas. Esto perpetúa una espiral de desigualdad que impacta en la estabilidad económica y en su pensión -21,45% inferiores a las de los hombres-.

Para reducir el abandono escolar y su impacto en la precariedad laboral femenina, creo que pasa por invertir en educación y formación profesional para mejorar el acceso de las mujeres a empleos de calidad y sectores en crecimiento. También en fomentar políticas de conciliación y corresponsabilidad que promuevan permisos parentales equitativos y flexibilidad horaria, con una regulación en el trabajo a tiempo parcial.

Mujer en el ámbito laboral: la brecha no da tregua

Otro aspecto para tener en cuenta sería la transparencia salarial, con auditorías en las empresas, reforzando la inspección laboral para evitar abusos en la contratación y garantizar condiciones justas. Además, no estaría mal mejorar los servicios públicos de cuidado, pues la falta de guarderías y de atención a la dependencia limita la participación laboral de las mujeres.

El 8 de marzo no puede quedarse en un día de discursos sin acciones concretas. Urgen unas políticas efectivas e inversiones que rompan el ciclo de desigualdad que sigue afectando a miles de mujeres en esta región.

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