Opinión | Salud y rock 'n' roll
Gala Never Surrender: Pura vida
Juntos podemos conseguir recursos para avanzar en la investigación y en mejorar la calidad de vida de todas aquellas personas que padecen cáncer

Belén Unzurrunzaga (izq.) y María José Centenero (dcha.) en el escenario de la IV Gala Benéfica Never Surrender. / Inma G. Pardo
Todo estaba listo, el 8 de febrero había llegado. Cielo despejado, previsión de temperaturas propias de primavera. El día amanecía con todas las entradas vendidas, mucha expectación, nueva ubicación y un equipo de personas dispuesto a dar lo mejor de sí mismas para que todo saliera perfecto. Y así fue, un día especial donde los asistentes a la IV Gala Benéfica Never Surrender celebraron la vida, algo que, por lo que sea, se nos olvida.
El cáncer, si no te toca de cerca o en primera persona, parece que no existe, es algo lejano, pero todos conocemos a alguien que tiene cáncer, o lo ha tenido y lo superó, o lo tuvo y no lo consiguió. Las cifras cada año aumentan y cada vez son más las personas que padecen esta enfermedad. También la tasa de supervivencia y superación es cada vez más elevada, pero todavía queda mucho por hacer.
Hace unos meses, me propusieron formar parte de este proyecto, y por la persona que me lo propuso, y por alguien a quien quiero, dije sí. Por delante, un camino para aprender mucho de la enfermedad. No conocía la fundación ni a los patronos que la componen, tampoco conocí al Dr. Salazar, fundador y paciente, que falleció hace tres años. Seis amigos tenían una misión, abrir centros deportivos gratuitos para pacientes oncológicos. Lo que les puedo garantizar es que la labor de los centros deportivos es sanadora, más allá del ejercicio físico, que está demostrado mejora la vida de los pacientes. El trabajo que realizan los entrenadores es increíble, he visto la evolución y superación de una paciente y sólo por ver sus ganas y motivación merece la pena todo. Vaya desde aquí mi aplauso y admiración a todos aquellos que trabajan junto a pacientes oncológicos, les motivan y les ayudan a seguir adelante, porque esto de estar vivo merece la pena a pesar de las hostias de la vida.
El sábado pasado fue un día que recordaré siempre. La energía que había en la gala benéfica era pura vida: la música, la comida, las ganas de compartir y de dar las gracias a todos los que colaboran y ayudan a que este proyecto salga adelante se contagiaba por cada rincón. No he estado en las anteriores galas y me habría encantado conocer a Vladimir Salazar, alguien que ayudó a tanta gente y del que he oído hablar tanto en estos meses de preparación de esta gala. Espero que allá donde estés bailarás tanto como nosotros el pasado sábado, celebrando la vida.
700 personas pusieron toda su fuerza y granito de arena para que este proyecto siga vivo y creciendo. Yo, por mi parte, sólo puedo dar las gracias a M. J. Centenero, patrona de la Fundación y la persona por la que dije que sí. Gracias al resto de patronos, gracias con mayúsculas al personal de la Finca Buenavista por su implicación, ha sido un fin de semana con mucho trabajo para ellos, uno más gratificante que otro, y hasta el final del día dieron lo mejor de sí mismos. Gracias a todos los que participasteis aportando vuestra música, vuestro arte del tatuaje, vuestro tiempo y cariño. Todos me dijisteis sí a mi llamada de teléfono, gracias a todos los amigos y a las empresas. Tengo mucha suerte de conocer a gente muy generosa que no ha dudado en acompañarnos y sumar… Permítanme que, en tono divertido, haga mención especial a un ‘buggy bar’ que nos dejaron para amenizar el día y a un megáfono que, a partir de ahora, voy a utilizar más de lo que me imaginaba.
Me quedo con las sonrisas, la alegría de pacientes que durante unas horas hicieron un paréntesis y dejaron a un lado su día a día, el miedo, la incertidumbre, los tratamientos, entrenamientos y demás consecuencias que el cáncer deja. Ya lo tenía claro desde hace tiempo, pero el pasado sábado muchas personas me dieron una lección de vida. He tenido la suerte de cruzarme en el camino de Never Surrender, también pude participar hace varios años en el Festival por Martín Álvarez Muelas en La Fica. Son muchas las fundaciones y asociaciones que cada día luchan por dar voz al cáncer. Los que lo padecen no son guerreros, no les gusta hablar de lucha o batallas. No son mejores personas, ni más valientes, ni unos campeones. Son como tú y yo, sienten miedo y sacan fuerzas de donde no imaginarías que existen, porque tienen ganas de vivir. Nuestra responsabilidad como sociedad es apoyar, ayudar, darles visibilidad y su lugar en la sociedad, porque mañana podemos ser tú o yo los que seamos pacientes.
Never Surrender, la Asociación Amiga, la Fundación Martín Álvarez Muelas, y muchas más, necesitan que demos un paso al frente y nos impliquemos. Juntos podemos conseguir recursos para avanzar en la investigación y en mejorar la calidad de vida de todas aquellas personas que padecen cáncer. Queda mucho por hacer y no debemos quedarnos de brazos cruzados. Querida F, ni campeona, ni valiente, ni mejor persona, sólo una mujer con ganas de comerse la vida, vivirla y bailarla, y yo contigo.
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