Opinión | Mamá está que se sale
La autoestima en tiempos de Instagram
El mayor riesgo de las redes sociales es que alteran nuestra percepción de la realidad y nos hacen creer cosas que en realidad no son

Aplicación de Instagram en un teléfono en una imagen de archivo. / EFE/Sascha Steinbach
Una cantante española relativamente famosa puso en práctica una dinámica (un experimento, más bien) pautada por su terapeuta. Había empezado a tener fobia a ser fagocitada por fans, o bien apedreada por ‘haters’, y no le gustaba salir sola de casa. Mucho menos ir a sitios concurridos.
La dinámica/experimento consistía en ir, ella sola, un día con cierta afluencia de público, al Museo del Prado.
Cuenta cómo se armó de valor para sacar la entrada, pensando cómo reaccionar si alguien la reconocía. Con la capucha de la sudadera puesta, por si acaso, pasó al museo. Y, tras un rato allí, se dio cuenta de que nadie la reconocía. Si alguien se había dado cuenta, había seguido su camino.
Me acuerdo cuando una amiga mía se encontró, justo en El Prado, a Brad Pitt y a Gwyneth Paltrow cuando eran pareja, fíjate si hace tiempo de eso. Era antes de la revolución digital, y no había móviles ni redes sociales. Contaba que al principio llamaban la atención porque eran dos extranjeros altísimos y superrubios. Al acercarte te dabas cuenta de que eran ellos, las superestrellas, que estaban viendo obras de arte como dos turistas más. Y aunque muchos les reconocían, pasaban por su lado y seguían a lo suyo.
Y entonces empezó el verdadero experimento para la cantante. Una vez perdido el miedo a ser reconocida (si Brad Pitt y Gwyneth Paltrow pasaron desapercibidos, imagínate cualquier otro mortal), comenzó a pasear por El Prado, a ver esos cuadros enormes de Velázquez, La rendición de Breda, Las Meninas, y muchas otras obras más, pintadas hace mucho tiempo, siendo contempladas por miles de personas, que incluso viajan para verlas.
Y pensó quién era ella al lado de esos artistas. O quién se acordaría de ella, o escucharía su música dentro de varios siglos. Nadie. El experimento pautado por su terapeuta consistía precisamente en ver la realidad con sus propios ojos y no a través de Instagram.
Las redes sociales hacen mucho daño. Los expertos no se cansan de repetirlo. Pero el mayor riesgo es que alteran nuestra percepción de la realidad. Nos hacen creer cosas que en realidad no son. Pero nos lo creemos, y para nuestra mente es real. La realidad es que, para esta cantante, encontrarse en el Museo a un fan enloquecido o a un ‘hater’ acosador era como encontrar una aguja en un pajar. Pero en las redes ella lo veía como un peligro real.
Ella contaba cómo la propia industria musical le inducía a obsesionarse con lo que decían las redes. La visita al Prado le devolvió, gracias a Dios, a la realidad, y con ello la autoestima, porque le hacía sufrir mucho ver si fulano de tal lo estaba petando, o mengana tenía más ‘likes’ que ella. El experimento le hizo ver que hay que poner en cuarentena lo que digan las redes, y que no va a misa lo que salga por ellas, ni mucho menos.
Me hizo pensar que, cada vez más, las redes parecen Matrix. Una gran simulación.
- En directo: Real Murcia-Villarreal B
- La ‘plaga’ de los fitosanitarios ilegales amenaza a la Región
- Hacienda confirma que devolverá 1200 euros en la declaración de la renta a los contribuyentes que cumplan este requisito
- A botellazos, puñetazos y cabezazos en una brutal reyerta de madrugada en Lo Pagán
- Esta es la razón por la que se va la luz
- El Catafalco de la Sardina se resiste al fuego en la Quema: '¡Que lo tiren con una grúa!
- La playa de Los Alemanes sumará un nuevo pantalán al Mar Menor
- Drag queens y espectáculos con fuego antes de reducir a la Sardina a cenizas en Murcia