Opinión | Allegro Agitato
Leningrado
El concierto supuso un golpe psicológico para las tropas alemanas, que también escucharon la sinfonía y llegaron al convencimiento de que nunca tomarían la ciudad ante la determinación de la población

Estreno en Leningrado de la ‘Sinfonía n.º 7’ de Dmitri Shostakovich, el 9 de agosto de 1942. / St. Petersburg Academic Philharmonia
Durante los años de la Guerra Fría (1945-1991) las orquestas soviéticas despertaban la admiración del público occidental por su altísimo nivel técnico y su sonido poderoso. Entre ellas destacaba, sin duda alguna, la Filarmónica de Leningrado, la actual San Petersburgo. Esta agrupación visitó la ciudad de Murcia en 1986 y ofreció un concierto memorable en un pabellón de deportes, la única infraestructura disponible por entonces, en el que interpretó la monumental Sinfonía Leningrado, de Dmitri Shostakovich. Su titular desde hacía casi medio siglo, Yevgueni Mravinski, no viajó por motivos de salud y en su lugar dirigió un desconocido Mariss Jansons. Un año más tarde, tuve el privilegio de tocar en su sede, una espectacular sala con columnas enormes, durante una gira por la Unión Soviética de la Joven Orquesta Nacional de España. El estreno de esa sinfonía esconde una historia asombrosa, que hoy les voy a contar.
En junio de 1941, comenzó la invasión alemana de la Unión Soviética con el propósito de hacer caer las grandes ciudades rusas antes de que llegara el invierno. El 2 de septiembre comenzó el bombardeo de Leningrado, donde Dmitri Shostakovich ya había concluido el primer movimiento de la que sería su Sinfonía n.º 7. Su intención era hacer una obra coral en un único movimiento que finalizara con una marcha fúnebre, aunque pronto modificó este plan. Las autoridades evacuaron a la mayor parte de los músicos notables para protegerlos, pero la indecisión de Shostakovich hizo que quedara atrapado cuando los alemanes cortaron las conexiones por ferrocarril y la ciudad quedó sitiada el 8 de septiembre. Concluyó los tres primeros movimientos antes de poder ser evacuado, semanas después, primero a Moscú y más tarde a Samara, capital provisional de la Unión Soviética. Allí concluyó el movimiento restante y dedicó la sinfonía a su ciudad. Cada movimiento portaba un subtítulo que daba idea de la intención de la obra, desde la guerra hasta la victoria, aunque fueron finalmente suprimidos.
El estreno mundial se celebró en marzo de 1942 en Samara y semanas después se pudo repetir en Moscú con una combinación de las orquestas del Bolshoi y de la Radio de Moscú. La partitura salió de la URSS en microfilm, vía Teherán, y en pocos meses se presentó en Inglaterra y Estados Unidos, convirtiéndose en un símbolo de la colaboración en la lucha contra los nazis. Pero quedaba lo más complicado: el estreno en la propia ciudad de Leningrado.
La Filarmónica había sido evacuada a Novosibirsk y la Orquesta de la Radio era la única que quedaba en la ciudad. Sólo contaba con 15 músicos, ya que los demás habían muerto de hambre o estaban luchando, a los que les dieron raciones suplementarias de comida porque estaban famélicos. Pero la sinfonía de Shostakovich requería una orquesta mucho mayor, de unos cien componentes, por lo que buscaron músicos en la ciudad y retiraron del frente a los de las bandas militares. El primer ensayo duró sólo 15 minutos porque los 30 músicos presentes estaban demasiado débiles. Con frecuencia se desplomaban por el esfuerzo, especialmente aquellos que tocaban instrumentos de viento. Tres murieron durante los ensayos. El director, Karl Eliasberg, trabajó inicialmente obras del repertorio habitual como Beethoven o Tchaikovsky. Sin embargo, los músicos protestaron por la decisión de interpretar a Shostakovich, porque no querían malgastar sus fuerzas en una sinfonía tan complicada. Eliasberg fue muy criticado por su dureza: los músicos que faltaban a los ensayos o no tocaban según las expectativas perdían sus raciones, incluso uno que llegó con retraso por asistir al entierro de su esposa.
Por fin llegó el día del concierto, el 9 de agosto, día que Hitler había previsto celebrar un banquete para celebrar la caída de la ciudad. El componente simbólico de resistencia no podía ser más explícito. Justo antes de comenzar, la artillería soviética comenzó una operación para silenciar las baterías alemanas y evitar que atacaran la sala y lograr también que la música llegara a toda la ciudad por megafonía. Por primera vez en muchos meses se encendieron las lámparas que iluminaban la sala y comenzó el concierto. El resultado artístico no fue bueno, no podía serlo, pero el público emocionado premió a los intérpretes con una ovación de más de una hora de duración. El concierto supuso un golpe psicológico para las tropas alemanas, que también escucharon la sinfonía y llegaron al convencimiento que nunca tomarían la ciudad ante la determinación de la población. Sin embargo, aún faltaba mucho tiempo para que concluyera el cerco, en enero de 1944. En el sitio, que duró 872 días, se estima que fallecieron 1.200.000 personas. El estreno convirtió a Eliasberg en un héroe, que cayó en desgracia cuando la Filarmónica regresó a Leningrado, posiblemente por envidias de Mravinski. Solo volvió a dirigir tres veces en la ciudad. Siempre la Sinfonía Leningrado, en conmemoraciones del concierto.
Aunque, oficialmente, Shostakovich compuso un símbolo contra la ocupación de la Alemania nazi que ayudó a la victoria, como en otras ocasiones, tal y como corroboró su hijo Maxim años después, la obra escondía una crítica al totalitarismo del régimen soviético-estalinista que le había obligado a disculparse para poder sobrevivir tras las durísimas críticas recibidas por su ópera Lady Macbeth de Mtsensk y que, para él, oprimía a la ciudad y al país tanto como el propio nazismo.
Suscríbete para seguir leyendo
- En directo: Real Murcia-Villarreal B
- La ‘plaga’ de los fitosanitarios ilegales amenaza a la Región
- Hacienda confirma que devolverá 1200 euros en la declaración de la renta a los contribuyentes que cumplan este requisito
- A botellazos, puñetazos y cabezazos en una brutal reyerta de madrugada en Lo Pagán
- Esta es la razón por la que se va la luz
- El Catafalco de la Sardina se resiste al fuego en la Quema: '¡Que lo tiren con una grúa!
- La playa de Los Alemanes sumará un nuevo pantalán al Mar Menor
- Drag queens y espectáculos con fuego antes de reducir a la Sardina a cenizas en Murcia