Opinión | Tribuna política

Sánchez amenaza con otro castigo a la Región

Necesitamos un radical cambio de rumbo en las políticas hídricas que se vienen imponiendo desde que Sánchez irrumpió en el poder

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta primera, Teresa Ribera, en el Congreso de los Diputados.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta primera, Teresa Ribera, en el Congreso de los Diputados. / Fernando Sánchez / Europa Press

Si alguien ha personificado como nadie el castigo continuo del Gobierno de Pedro Sánchez a la Región de Murcia ha sido Teresa Ribera. Su maltrato feroz y sectario hacia nuestra tierra no ha tenido precedentes. En especial en materia de agua: sus desafortunadas políticas hídricas han dejado como nefasto legado graves daños a un sector básico para la economía y el desarrollo de nuestra Región, como es el primario.  

Sus nada menos que 26 recortes en los envíos del Trasvase Tajo-Segura a la Región de Murcia y al Levante español, la mayoría de las veces imponiendo su criterio puramente arbitrario sobre las decisiones técnicas del Comité de Explotación del acueducto, han supuesto una merma de 188,9 hectómetros cúbicos

Una situación insostenible para nuestros regantes y agricultores, que, por desgracia, mucho nos tememos que no cambiará con la llegada de una nueva ministra, Sara Aagesen, que al fin y al cabo ha sido fiel mano derecha de la propia Teresa Ribera en el departamento. Sobre todo, porque Ribera se ha limitado a cumplir, paso a paso, hachazo tras hachazo, las órdenes y directrices de Pedro Sánchez, que, recordémoslo, prometió hace años en Albacete el cierre del Trasvase Tajo-Segura. Y, por desgracia, Sánchez sigue siendo presidente del Gobierno de España.

Ojalá llegue pronto el día en que al frente del Ministerio de Transición Ecológica tengamos a alguien que defienda la importancia que el Trasvase Tajo-Segura tiene para el desarrollo económico, social y medioambiental en nuestro país. Que valore en la medida que se merece que el Trasvase genera más de 110.000 empleos, aporta al PIB nacional más de 3.000 millones de euros, riega más de 44 millones de árboles y permite el mantenimiento de más de 70.000 hectáreas que vertebran el sector agrario de la Región de Murcia. Pero no será mientras soportemos a este PSOE de Sánchez en el Gobierno de España.

Y tras los recortes a un Trasvase que el Gobierno de Sánchez deja herido de muerte, se cierne otra grave amenaza a la Región: las nuevas reglas de explotación de la cuenca del Tajo, que tendrán nefastas consecuencias, no solo para nuestros agricultores y regantes, sino también para los consumidores y las familias de la Región. La realidad es que es absolutamente innecesario cambiar esas reglas de explotación, ya que en la actualidad la cabecera del Tajo, lejos de reducirse, alberga 1.100 hectómetros cúbicos, frente a los apenas 71 hectómetros cúbicos de la del Segura. 

Pedimos la paralización de la tramitación de las nuevas reglas de explotación del Plan del Tajo, ya que de entrar en vigor supondría la pérdida de 27.314 hectáreas de superficie regable, la desaparición de más de 15.000 empleos y unas pérdidas de 5.692 millones de euros, según un estudio de la Cátedra del Agua de la Universidad de Alicante.

Encima, nuestros agricultores tendrán que soportar otro castigo más, a añadir a los sucesivos hachazos al Trasvase: un recorte de 213 hectómetros cúbicos en las aguas subterráneas que se pueden extraer en la cuenca del Segura. Algo que puede provocar una situación de colapso en el sector agrícola. Eso sí, la única medida ofrecida por el Miteco para paliar la situación es un crecimiento de las aguas desaladas en 38 hectómetros cúbicos: es decir, eliminan de un plumazo 318 hectómetros cúbicos y pretenden curar la herida que ellos mismos han provocado aplicando una tirita de 38. Una auténtica tomadura de pelo.

Necesitamos un radical cambio de rumbo en las políticas hídricas que se vienen imponiendo desde que Sánchez irrumpió en el poder. Solo puede llegar de la mano de un Gobierno presidido por Alberto Núñez Feijóo, que aboga por el mantenimiento de los trasvases y un Pacto Nacional del Agua, y cuyo compromiso con la agricultura y el agua es claro y nítido. Mientras tanto, desde el Partido Popular vamos a seguir donde siempre hemos estado: junto a nuestros regantes y agricultores, defendiendo donde sea y ante quien sea sus demandas y reivindicaciones. 

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