Opinión | Desde mi picoesquina
Omisiones del monarca y lo que sí quiso decir

El rey Felipe VI durante su discurso de Navidad, el pasado 24 de diciembre. / Ballesteros / EFE
Según el artículo 56.1 de la Constitución española de 1978, entre otras cosas, el rey es el jefe del Estado, que arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes. Teóricamente, pues, el monarca tiene asignada una función de «árbitro» y de neutralidad en cuestiones políticas, algo que, en los últimos tiempos, y al decir de ciertos analistas, no está ocurriendo, pues se observa una cierta extralimitación de sus funciones constitucionales, manifestada con claridad en un alejamiento de la «tutela» de la Moncloa y en ciertas injerencias en la labor del Ejecutivo y de las Cortes soberanas. Ya ocasionó tensiones en amplios sectores políticos, y no sólo catalanes, su duro discurso del 3 de octubre de 2017, y ahora han vuelto a repetirse, en las filas de la izquierda, con ocasión del pronunciado el pasado 24 de diciembre. Empezaremos por lo que no dijo.
En un año en el que han sido asesinadas 47 mujeres a manos de sus parejas o sus exparejas y en el que la violencia vicaria ha acabado con la vida de 9 menores, esos dramáticos datos no merecieron la atención del Rey. Tampoco citó la difícil situación de la Educación y la Sanidad públicas, asfixiadas en comunidades autónomas como Madrid, por culpa de las políticas ultraliberales aplicadas por la derecha. Ni una sola mención a la creciente desigualdad social, que se manifiesta en bolsas de pobreza, sobre todo infantil, y que afecta a cerca de un 30% de niños y niñas, ni a la problemática de la juventud, con serias dificultades para su emancipación. Hizo alusión al problema de la vivienda, pero sin atisbar posibles vías de solución; se limitó a afirmar que el problema radica en la falta de oferta, olvidando que en este país hay casi 3 millones de viviendas vacías en manos de ‘fondos buitre’ y especuladores.
En otro orden de cosas, en un año en que se han recrudecido la guerra de Ucrania y el genocidio israelí sobre la Franja de Gaza, el Rey, como buen militar, obvió citar que el Gobierno nazi-sionista al frente de Israel, que mantiene frentes de guerra abiertos en Gaza, Cisjordania, Líbano, Altos del Golán en Siria y en Yemen, ha asesinado ya a más de 45.000 personas en la Franja (y eso sin contar las miles de personas que, con seguridad, habrá ilocalizadas bajo los escombros) y ocasionado más de 108.000 heridos.
La crisis climática tampoco mereció la atención del monarca. Por cierto, a ella contribuye decisivamente la guerra y la industria militar. Las fuerzas armadas son grandes consumidoras de energía y, por tanto, grandes contribuidoras a la emergencia ecológica. Un estudio de 2022 estima que la huella de carbono militar mundial se sitúa en el rango entre el 3,3% y el 7% de las emisiones globales.
Y por referirme a lo que sí citó con claridad, voy a destacar dos cosas. (1) Por ser un hecho reciente y de dramáticas consecuencias, no podía pasar por alto en su discurso la referencia a la dana, que asoló la Comunidad Valenciana y zonas de Albacete y Andalucía; en ese asunto habló de falta de coordinación de las Administraciones, pero no de políticas de previsión, lo que hubiera supuesto una pulla hacia el presidente Mazón. El hacer énfasis en la crisis de Valencia es algo lógico: Felipe VI, como antes su padre, es conocedor de que no tiene legitimidad democrática de origen (recordemos la franquista Ley de Sucesión de 1947 y la elección por el dictador de Juan Carlos I como su sucesor a título de rey en 1969), por lo que la Casa Real busca su acercamiento a la ciudadanía como una forma de reforzar la institución, y, al mismo tiempo, justificar el abultado salario del monarca, la ostentación de que hace gala (este último discurso se grabó en los salones del Palacio Real) y su impunidad judicial.
(2) Y haciendo suyas, lamentablemente, las proclamas de las derechas, aludió al problema de la inmigración. En unos momentos en que las fronteras españolas se convierten en las más mortíferas del mundo -pues a finales de año y según tiene documentado la asociación Caminando Fronteras, más de 10.500 personas han fallecido a las puertas de nuestro país, siendo la ruta atlántica la más peligrosa de todas-, el Rey criminalizó claramente a las personas inmigrantes. En su discurso, Felipe VI enunció explícitamente muchos de los argumentos que utiliza la extrema derecha para generar rechazo y odio hacia esas personas, en línea, en todo caso, con las posiciones europeas en este asunto, con evidentes retrocesos en derechos humanos.
Esas políticas han creado tendencia: lamentablemente el Gobierno de Pedro Sánchez se dispone a endurecer su política de asilo tras el pacto migratorio europeo suscrito junto a la ultraderecha, siguiendo la tradición de las posiciones ultraconservadoras en temas de inmigración de Sarkozy, Berlusconi, Viktor Orbán, Meloni…
En definitiva, y por lo que he podido leer en los medios, el discurso del Rey (un año más, me negué a seguirlo en directo en la pantalla), un jefe del Estado que teóricamente, y como decía arriba, ha de situarse por encima de tendencias partidistas y representar a toda la ciudadanía, sintonizó con las posiciones más reaccionarias. ¿Cuándo oiremos un discurso navideño pronunciado por una presidenta o presidente de la República elegidos por votación popular? Soñar es gratis.
Feliz Año Nuevo.
Suscríbete para seguir leyendo
- Esta es la cafetería de Murcia con terraza donde desayunas por 1€: 'Todo un descubrimiento
- Doblete histórico: Gana el bote de 'Pasapalabra' dos veces
- Corte de tráfico este viernes desde el puerto de Cartagena a Los Dolores
- De Nueva York a Mazarrón: el legendario barco Nao Trinidad volverá a hacer parada en la Región
- Condenan al SMS con 125.000 euros a la familia de un joven que falleció tras una operación de amígdalas en Lorca
- Este es el bar de Murcia donde comes desde 1,2 euros: bravas, berenjenas con miel...
- Adiós a 'Pasapalabra': tres jóvenes de Murcia ponen en peligro al programa de Roberto Leal
- Miles de antiguos oficios en la Región de Murcia van a desaparecer en tres años