Opinión | Día Internacional de las Personas con Discapacidad

Nacho Tornel

La discapacidad al día

Es el momento de recordar que queda mucho por hacer y que no se puede seguir aplazando más si queremos una inclusión más efectiva y real

Imagen de archivo de una marcha de una asociación de atención a personas con discapacidades.

Imagen de archivo de una marcha de una asociación de atención a personas con discapacidades. / Raquel Manzanares / EFE

Hoy, martes 3 de diciembre, se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Como cada año, las Naciones Unidas ponen énfasis en un objetivo; este año se promueve el tema de la «participación plena e igualdad, subrayando el derecho de las personas con discapacidad a participar plenamente en la vida y el desarrollo de sus sociedades y a disfrutar de condiciones de vida equivalentes a las de otros ciudadanos».

España tiene mucho que hacer; impulsar la agenda de la desinstitucionalización con la asistencia personal para la vida independiente, el tema de género y cuidados para lograr cambiar el discurso del sistema de apoyos a nivel comunitario, progresar en un sistema de protección social en primera persona o avanzar en una educación inclusiva de calidad.

Si nos fijamos en la educación, según el director gerente de Down España, Agustín Matía, a pesar de lo recogido en el preámbulo de la Lomloe y después de cuatro años, no ha habido un avance en inclusión educativa.

La inclusión educativa lo que nos plantea es una transformación del modelo actual, una reforma sistémica que requiere una implicación fuerte de todos los agentes educativos, en palabras de José Antonio Marina: «Para educar a un niño necesitamos a toda la tribu».

Aseguraba Agustín Matía que la mayoría de los niños con discapacidad se encuentran en desatención educativa. La respuesta que hemos vivido estos últimos años ha sido el refuerzo del sistema especial de educación, y no la reforma del sistema hacia uno más igualitario e inclusivo. Hay que recordar que el objetivo número 4 de la Agenda 2030 no es una educación de calidad, sino una educación inclusiva y equitativa de calidad.

En nuestra Región la situación empeora. Según datos del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes del curso pasado, la Región de Murcia está a la cabeza en número de alumnado con necesidades educativas especiales; un 6,1% de los estudiantes necesita apoyos en el colegio por alguna discapacidad o por trastorno grave de conducta.

Además, en otras comunidades ya han legislado en materia de protección social para establecer fórmulas que permitan la participación plena de los y las ciudadanas con discapacidad en cómo quieren vivir.

En materia educativa también vamos a la cola. La Administración regional, responsable en materia educativa, lleva una larga trayectoria de debilitamiento de recursos de apoyo a los alumnos con discapacidad en la escuela, principalmente auxiliares educativos, pero también intérpretes de lengua de signos, enfermeras o fisioterapeutas, fundamentales para hacer posible su escolarización. Junto a esa infradotación, la Administración regional lleva años incumpliendo el acuerdo de profesionalización de algunos perfiles profesionales como demandan las familias, los centros, los profesionales y los sindicatos para ajustarlo a la realidad actual de la escuela. Estas necesidades han llevado al surgimiento de movimientos ciudadanos, como la plataforma «Ningún niñ@ sin ATE» y «Plataforma ATE CARM», para reclamar a la Administración el derecho de las personas con discapacidad a una educación inclusiva y equitativa de calidad.

Hoy, día 3 de diciembre, es el momento de recordar que queda mucho por hacer y que no se puede seguir aplazando más si queremos una inclusión más efectiva y real. 

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