Opinión | Noticias del Antropoceno

Dos varas de medir

Lo amemos o lo odiemos, hay que reconocer que Donald Trump es un fenómeno de la política contemporánea. Yo, como muchos de mi generación, crecimos admirando a un país que ayudó sustancialmente a la derrota del fascismo en todas sus encarnaciones en la Segunda Guerra Mundial, dotado de unas instituciones políticas que eran un modelo para todas las democracias por su equilibrio entre poderes, los famosos ‘checks & balances’. Si algo malo podía decirse de los estadounidenses es que su puritanismo llegaba a extremos ridículos. Un candidato a presidente, Gary Hart, fue descartado porque se descubrió durante las primarias de su partido que había engañado a su mujer una vez con su secretaria. También el pecado del candidato a presidente John Kerry fue una supuesta mentira (posteriormente se descubrió que no lo era) sobre su pasado militar. 

Por eso resulta pasmoso que un compendio de los defectos que los americanos más odiaban aparentemente, sea el político más popular del país y esté a punto de conseguir una segunda presidencia. Está demostrado que es un acosador sexual, que ha pagado por tener sexo con prostitutas, que miente más que habla, que ha amenazado con inaugurar su mandato con una dictadura, que se siente -y lo dice- por encima de la ley, y que incluso se permite alabar en público a Adolf Hitler. Y no por casualidad, dos prestigiosos militares que sirvieron en su Administración coincidieron esta semana en que su ideología política es profundamente fascista. Y lo más intrigante de la situación es que los medios norteamericanos, a los que continuamente ataca, cuentan sus extralimitaciones y salidas de tono como si de algo normal se tratara. Mientras, fiscalizan a Kamala Harris por si ha respondido en un tono más o menos agresivo a su entrevistador, en las múltiples entrevistas que ha concedido estos días, incluso a medios declaradamente hostiles como Fox News.

A eso ha quedado reducido el faro en la colina que iluminaba a los demócratas del mundo. Personalmente no voy a esperar al resultado de estas elecciones. Me parece alucinante que un personaje como Trump tenga alguna muchas posibilidades de ganar de nuevo la presidencia. Estados Unidos ya no me parece un modelo de nada, y toda la influencia política que provenga de allí, me parece detestable. Solo una victoria contundente de Kamala Harris me haría repensar esta visión. Cosa que sabemos no va a suceder.

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