Opinión | La Feliz Gobernación

El demócrata autocratizado

Pepe Vélez ha designado a su modo y a su gusto a los 34 delegados, con él a la cabeza, que corresponden a la Región para el 41 Congreso del PSOE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una comparecencia reciente.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una comparecencia reciente. / Alberto Díaz - Europa Press

Hoy vengo a contarles cómo Pedro Sánchez prepara su apoteosis en el 41 Congreso del PSOE que se celebrará en los primeros días del próximo diciembre. Y cómo el líder que se instituyó desde la militancia y contra el aparato se propone acallar hoy desde el suyo todo atisbo de disidencia por minúscula que ésta sea. 

En principio, se ha producido un cambio sustancial en el sistema de elección de delegados territoriales. En el presanchismo, éstos se elegían en congresos extraordinarios regionales que también producían las enmiendas a la ponencia marco.

Ahora es la ejecutiva autonómica, es decir, el secretario regional correspondiente, quien elabora la lista de delegados. Así lo ha hecho el murciano Pepe Vélez, quien ha designado a su modo y a su gusto a los 34 delegados, con él a la cabeza, que corresponden a la Región de Murcia. Es difícil suponer que haya incluido a alguien que no rece el «señor, sí señor»

En cuanto a las ponencias, ya fuera de las fechas ordinarias que corresponderían al proceso, que concluyó el pasado viernes, se ha determinado un calendario estrechísimo. La ponencia marco llegará de Ferraz el 5 de noviembre, y los militantes dispondrán de cuatro días para estudiarla y enmendarla, pues se cierra el plazo para hacer esto el día 9. Y será una llamada convención precongresual el órgano que las reuna y sintetice. Dicha convención está integrada por los 34 delegados designados por Vélez, un filtro implacable.

Los leves reparos que algunos dirigentes locales han emitido por la falta de tiempo para hacer ese trabajo (en el presanchismo se establecían dos semanas para el estudio de ponencias de unos trescientos folios) ha sido mitigado con el mensaje de que «en Madrid aseguran que esta vez la ponencia será bastante más sencilla». Y tanto: consistirá en un Viva Sánchez, y todos a casa.  

¿Qué fue de aquel militante socialista crítico y respondón? Ha sido condenado al aplaudiómetro.

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