Opinión | La banda de Jutxa

Carlos Tarque: buceando en el rock ‘n’ roll

Apenas toca tierra firme si no es para pasar una velada agradable junto a amigos residentes en la costa, para tomar unas cervezas y tocar la guitarra, pero sobre todo para sumergirse bajo las aguas, que es su forma favorita para desconectar de todo

Carlos Tarque visto por José Filemón

Carlos Tarque visto por José Filemón / L.O.

Carlos Tarque no se considera un erudito en esto de la náutica , y yo pienso que es más bien un velo de humildad. En el arte de la navegación, como en su carrera musical, ha dejado claro que su arma ha sido la consciencia, la perseverancia, el respeto a los clásicos y altas dosis de trabajo. Aquí nadie regala nada. Soberbia y vanidad solo tienen cabida en sus contestatarias canciones. Tras dos trabajos en solitario, ha quedado sentenciada la máxima de que el rock ‘n’ roll no ha muerto.

El viento quiere acompañarnos. Tras comprobar que todo está en orden y como si de un ritual se tratase, revisa la carta náutica, el equipo de propulsión y la música torna a Burt Bacharach; otro enamorado del mar y los viajes, por cierto.

Me cuenta anécdotas acontecidas a bordo, caídas al agua de algunos exponentes y jefazos del rock patrio. Y, aunque se presume muy cauto, en el mar, como en un escenario, Tarque ha vivido más de una situación angustiosa, sorteada, todo sea dicho, por la experiencia.

Señoras, me sorprende gratamente el aspecto físico que presenta Carlos en bañador. Ha pasado los 50 y lo veo más en forma que nunca, casi contra todo pronóstico de lo que se supone que la vida le devuelve a una estrella del rock.

-¿Qué haces para estar así?

-Calistenia es lo que practico, pero básicamente para evitar los dolores de espalda que causan los interminables kilómetros. Me encuentro bien, soy además bastante dado a saltar en el escenario y gracias a esta práctica constante no siento las caídas.

El cometido de estas salidas por alta mar no puede ser más interesante. La tripulación que acompaña al cantante apenas toca tierra firme si no es para pasar una velada agradable junto a amigos residentes en la costa, para tomar unas cervezas y tocar la guitarra pero, sobre todo para bucear, que es su forma favorita para desconectar de todo. 

-¿Cuáles son los países que has visitado con este fin, el de bucear, y cuál es el lugar que más te ha impactado?

-El Caribe, Honduras, México, Maldivas o el Mar Rojo son algunos de los paraísos que he visitado, pero el sitio que más me ha gustado es una isla, Flores , en el parque natural de Komodo, en Indonesia.

Tras describir absolutas maravillas de los fondos que ha surcado nos entristece pensar que esta Región tal vez pudiera estar entre esas joyas descritas si la mano del hombre no se hubiese llevado por delante esa laguna costera de agua salada que es nuestro Mar Menor. Un declive con demasiados intereses que perjudica a la naturaleza y las especies autóctonas, pero también a mucha gente: sus desolados habitantes.

Y así, tras haber arrasado como un huracán sobre un escenario de esta tierra que lo vio crecer, nos dirigimos felices y sosegados hacia Cabo de Palos. Hemos reservado para comer en La Tana, uno de los sitios favoritos de este ser prolífico y entregado al rock‘n’ roll que aún tiene mucho que decir y que cantar.

Ha sido un lujo conocerlo desde hace la friolera de treinta años, los mismos que lleva en activo. Y es un auténtico privilegio poder seguir llamándolo amigo, hermano. 

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