Opinión | El balcón de cristal

María Escudero Vera

Lluviosa y turística

Fotografía de Iván Urquízar.

Fotografía de Iván Urquízar.

Esta Semana Santa, aun a pesar de las alertas meteorológicas, la presencia de turistas en las calles de Cartagena ha sido notoria. Familias venidas de otros países, junto a un turismo nacional y regional, se han dejado ver haciéndose sus selfis o fotografiando edificios históricos, como el Palacio Consistorial. Esta construcción modernista que es el Ayuntamiento cartagenero guarda entre sus historias relacionadas con Semana Santa aquella ocasión en la que al rey Juan Carlos I se le hizo entrega del Gran Collar de la Pontificia, Real e Ilustre Orden del Prendimiento de Jesús, poniéndola directamente en su cuello el entonces Hermano Mayor de la Cofradía California, Pablo Fco. López Álvaro, como testimonian las fotografías del momento y las hemerotecas. Fue en 1990, coincidiendo con la inauguración del monumento a Carlos III, monarca que fue hermano de número californio.

Repleta de anécdotas, la historia de nuestra Semana Santa sigue escribiéndose, marcada este año por las previsiones de un tiempo incierto, ante las cuales se han tomado valientes decisiones como la del Domingo de Ramos, tan aplaudida y criticada a la vez. Entre los aciertos para afrontar el temporal puede destacarse en la noche del Silencio la presencia de Manolas sin mantilla con tal de paliar los efectos del viento. Acertada sin lugar a dudas ha estado este año la Cofradía Marraja. que ha procesionado todos sus desfiles. El balance general de esta jornada de Pascua ha sido satisfactorio para el lucimiento de la imaginería, patrimonio y tradición impregnada de religiosidad.

Una atención especial merece el sector hostelero, ya que en estos días ha tenido su mirada puesta en el cielo, con la esperanza de que las condiciones climatológicas no fueran impedimento a sus negocios. La ocupación hotelera vio un resurgir en 2022 y 2023, que alcanzó el 94%, superándose así la caída habida desde 2019. Tenemos que esperar a las estadísticas oficiales para valorar las estancias de este año en la ciudad portuaria, si bien puede estimarse que pese a las inclemencias e inquietudes despertadas por el clima se ha rondado en torno al 90% de ocupación, habida cuenta de las reservas previstas antes de que saliera por el casco antiguo cartagenero la primera procesión del país, la del Cristo del Socorro.

Pese a los aires y nubes, el optimismo ha sido la nota característica. Sin embargo, el Domingo de Resurrección una gran probabilidad de lluvia ha impedido salir a la procesión, pero a buen recaudo ha quedado el patrimonio del resucitado para el año que viene.

Y ya está, sin más tardar, preparándose todo para que en 2025 salgan bien las procesiones y que la Semana Santa de Cartagena, declarada de interés turístico internacional, siga, como siempre, siendo foco de atracción por su relevancia cultural y religiosa. Mientras tanto, la estacionalidad nos centra la atención en las fiestas de Primavera, motivo para que el turismo regional se movilice, conozca y difunda la rica diversidad cultural de los municipios de nuestra Comunidad Autónoma.

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