Como siempre en este país, el más informado es el del bar. Es un clásico de toda la vida y no porque sea el más listo del lugar sino por la gran cantidad de información que atesora por la heterogénea gente que pasa por estos establecimientos, que son la piedra angular en algunas zonas de España en las que se protege más una terraza invasiva que un carril bici para motivar a los ciudadanos a que utilicen medios no contaminantes de transporte y que dejar el coche en casa tenga una alternativa.
En el barrio del Carmen ocurre esto mismo. Los que, al parecer, tienen toda la información sobre lo que pasará en esa zona de Murcia capital cuando vengan los ministros de la Unión Europea esta semana son las gentes de los bares. Saben que se cerrará el parking del Cuartel de Artillería y que solo se destinará a los coches oficiales de todos estos políticos, que bien podrían dar ejemplo y desplazarse en el coche de San Fernando (un ratito a pie y otro caminando). Y hasta conocen dónde comerán los chóferes que deberán luego recogerlos para proseguir con la agenda.
Por saber, conocen hasta la operación de limpieza exprés que está realizando el Ayuntamiento de Murcia en los contornos del Cuartel de Artillería, zona cero, de la cumbre que vestirá sus mejores galas con las farolas relucientes y las calles sin mácula alguna (sería necesario hacer una cumbre de estas en otros barrios para que se hiciera un buen deshollino). También saben que no se podrá utilizar la biblioteca Río Segura y que, en un principio, se iban a suspender hasta las clases del Conservatorio de Música y del Instituto del Carmen.
Están los alumnos para perder clases en esta tierra donde la excelencia y los resultados de las evaluaciones externas nos ponen a la cola del país y de la Unión Europea. Por seguridad, habían argumentado. Ahora bien, lo que no saben es si podrán utilizar las calles aledañas al Cuartel y si se podrá aparcar en la zona azul de la ORA y en la de residentes, un área que es utilizada a diario para entrar y salir de la ciudad (pasan a diario por el barrio del Carmen 40.000 vehículos). Es decir, no conocen si se producirá un corte total de tráfico o parcial y a qué horas se podrá o no circular. No lo sabe nadie porque ni la Delegación del Gobierno ni el Ayuntamiento de Murcia se han dignado a facilitar datos para que no se produzcan atascos y retenciones en una zona ya de por sí sensible por el colapso circulatorio que padece a diario. Quizá es que no lo tiene previsto o se guardan esa información como si fuera un secreto de Estado.
Efectivos de la Policía Nacional llevan meses haciendo visitas a los edificios del barrio del Carmen, contactando con vecinos, con comerciantes, con administradores de fincas y visitando las azoteas de los inmuebles, entre otras medidas, lo que ha suscitado muchísimas teorías. Hay alguno que otro que piensa, incluso, que van a poner francotiradores al más puro estilo americano. Otros creen que van a tener que llevar el carné de identidad entre los dientes y que no se podrá pasar a los comercios en los que compran desde siempre (ya se han producido quejas de los comerciantes que piensan en las pérdidas que tendrán si pasan los cuatro días de la cumbre en blanco).
Lo que sí se sabe es que el Moneo, el entorno del Segura y Alfonso X El Sabio lucirán el rojo y amarillo de la bandera con motivo de la cumbre. Y que el alcalde como anfitrión dará la bienvenida. ¿Hablará en castellano o en inglés? Eso tampoco se sabe. Sorpresa. Por nadie pase.
CABOS SUELTOS
Los caballitos municipales galopan de nuevo
La Unidad de Caballería ha reaparecido en varios escenarios. Uno de ellos, en el feudo del concejal de Seguridad, que se los llevó a la vía verde de su pedanía. No cayó muy bien la noticia en redes sociales, donde cosechó críticas porque en la vía verde no constan delitos. También reaparecieron en las calles aledañas a la Plaza de Toros junto a los caballitos de la Policía Nacional. Vaya despliegue.