El PP murciano llama a la movilización masiva contra la ley de amnistía que podría estar preparando el Gobierno socialista para facilitar la investidura de Pedro Sánchez con los votos de Junts y ERC, y ha previsto fletar autobuses para el acto que se celebrará en Madrid el próximo día 24.
Algo no se entiende muy bien. En primer lugar, la única investidura que hay a la vista es la de Feijóo. Esta movilización carecería de sentido si en el PP supieran de antemano que la alcanzará. Pero si lo que en realidad creen es que resultará fallida, lo lógico sería que renunciaran a escenificar el suceso antes de anticiparse a hacer oposición a un candidato que ni siquiera está nominado. En segundo lugar, según el PP, la aministía es anticonstitucional; por tanto, no sería necesario movilizarse contra ella, y menos en un acto de partido, ya que el sistema judicial se encargaría de anularla.
El portavoz parlamentario del PP, Quino Segado, acusa al PSOE murciano de «hacer la genuflexión ante Sánchez y el independentismo antes que defender los intereses de todos los ciudadanos de esta Región». Una reflexión muy al pelo, porque ¿cómo defenderían los murcianos sus intereses de mejor manera? ¿Movilizándose contra una amnistía que sería inconstitucional, promulgada por un candidato que no existe y sumándose a los intereses del líder de un partido incapaz de negociar su propia investidura? ¿O echándose a la calle para protestar por el desastre del inicio del curso escolar en la Región? Sin transporte para los alumnos, aulas en barracones, barracones por montar, plazas de docentes sin cubrir, comedores en estado deficiente...
Insisto. ¿Cómo se defienden mejor, aquí y ahora, los intereses de la Región? ¿Poniendo de tapadera la política nacional o atendiendo a los graves problemas de gestión del Gobierno regional en cuestiones esenciales? Para manifestarse en favor de la excelencia educativa en la Región no se fletarán autobuses, porque no hay.
