Decir ahora que no habrá nuevas elecciones es fácil. Por cierto, en cuanto se haga oficial voy a empezar a llamar a aquellos que se apostaron una comida conmigo a que habría elecciones cuando publicaba que el acuerdo, no para meter a Vox en el gobierno, sino para que no hubiera que volver a votar, estaba cerrado.

Pero cuando el gobierno de coalición entre López Miras y Antelo se ponga en marcha, habrá dos perdedores y dos ganadores.

El Mar Menor y los Servicios Públicos serán sin duda los grandes perjudicados, mientras que las privatizaciones y el sector agrícola del Campo de Cartagena tendrán cuatro años para disfrutar de todo el poder que puede otorgar la administración pública.

La educación y la sanidad privada están haciendo palmas y poniendo velas para que el acuerdo entre ambas formaciones lleguen a buen puerto, y no haya nadie que joda el negocio que se avecina, y es que si hay algo que une al futuro gobierno de coalición, es su disposición a que los servicios públicos sean gestionados por empresas privadas. Lo llevan en su ADN, y para ellos es irrenunciable. ‘La pela es la pela’.

La prueba del algodón es que el propio presidente de los empresarios murcianos ha salido estos días en tromba a exigir a ambos partidos que no retrasen más la configuración de un gobierno entre ambos partidos.

Pero es el Mar Menor quien tendría sus horas contadas, y solo le quedaría a ‘La Laguna’ agarrarse a un hipotético Gobierno de Pedro Sánchez como su única tabla de salvación ante la que se avecina.

Que detrás de Vox está, entre otros poderes fácticos (económicos, religiosos y universitarios), la todopoderosa industria agraria del Campo de Cartagena, no solo es palpable, sino que no dudan en hacer apología de ello, a través de la Fundación Ingenio, y que tienen muy claro que la agricultura no solo no forma parte del problema, sino que son parte de la solución, y pone al Mar Menor un paso más cerca de su desaparición tal y como la entendemos.

Mientras en restaurantes y despachos, no en Murcia, sino en Madrid, se ha vuelto a decidir el futuro de la Región de Murcia, al Mar Menor le volverá tocar a las puertas y conciencias de la sociedad murciana para defenderse de nitratos y fosfatos, de mentiras y manipulaciones, de tergiversaciones y cieno.

Vienen tiempos difíciles, y no solo para el Mar Menor en particular, sino para los servicios públicos en general, pero es lo que hemos elegido libremente. Palos con gusto no duelen.