La Región de Murcia no existe

Si Teruel también existe consiguió poner encima del escenario la España Vaciada y Olvidada, parece que ahora la que no existe es la Región de Murcia, la misma que el propio presidente López Miras califica como «la mejor tierra del mundo», un eslogan por cierto tan antiguo como usado por quienes prefieren mirarse el ombligo antes que mirarse al espejo de la cruda realidad. 

Una lástima que una vez más volvamos de nuevo a la cola del tren del siglo XXI, una pena que sigamos siendo moneda de cambio en Madrid, que nos utilicen de conejillos de laboratorio de egos y testosterona, y que los machos alfa sigan mostrando sus cornamentas para ahuyentar a cualquier adversario que se atreva a pedir su trozo de territorio.

Lo peor de todo, es que ahora en septiembre llega la ‘berrea’, y los ciervos comienzan a emitir sonidos guturales para llamar la atención de su presencia, así que nos espera un auténtico espectáculo de luz, pero sobre todo de sonido.

Ya somos, eso sí, junto a Ceuta, la única Comunidad Autónoma, hasta en Navarra ha habido acuerdo, que lleva varios meses en funciones, y las posturas, o mejor dicho, el postureo, sigue intacto. Quizás sea de los pocos que sigue creyendo que el ‘acuerdo’ entre PP y VOX se anunciará, como los estrenos de las películas, próximamente, pero si estoy equivocado, tanto los de Feijóo como los de Abascal nos pueden meter en el túnel de la desesperación.

Ahora, cuando más se necesita tener gestores competentes, tener un gobierno fuerte, nosotros estamos aquí cogiendo setas. Ahora que se está discutiendo dónde destinar el dinero de nos llega de Europa. Cuando en la financiación autonómica, después de varios años apenas nada ha cambiado. Incluso con mayoría absoluta de Rajoy nadie se atrevió a toser, una muestra más de nuestra insignificancia como región; más aún, durante años, el tándem Rajoy/Tejerina por no enviarnos no nos enviaba ni agua, y hasta el todopoderoso Sindicato de Regantes agachaba las orejas ante la reprimenda que Valcárcel y González Pons les echaba en aquella famosa reunión de Alicante. Ahora nosotros, como decía el maestro Serrat, peleándonos a ver quién la tiene más grande.

La Región de Murcia se ha acostumbrado a ser ‘los últimos de la fila’, y esa es nuestra peor seña de identidad: la resignación.

Nos hemos resignado a ser una de las regiones con los índices más altos de precariedad, de fracaso y abandono escolar, donde hasta Cáritas nos alerta de los peligros que corren miles de familias murcianas en riesgo de exclusión social, donde nos vanagloriamos de tener el mayor ratio de Casas de Apuestas por cada mil habitantes de Europa.

El gobierno regional ha reaccionado deprisa ante la que se avecinaba si se quedaba de brazos cruzados ante la enésima afrenta al Mar Menor. Nadie se cree, ni la propia Consejería ¿competente?, que los populares tenían un Plan ‘B’ preparado, lo que demuestra una vez más nuestra falta de planificación estratégica. Pero lo peor no es que la moratoria del Mar Menor haya salido a trompicones y mentiras, lo peor de todo es que quien tenía la obligación de aprobar la normativa para cumplir la Ley del Mar Menor se ha tirado tres años sin hacer su trabajo, y nadie, apenas nadie pide la más mínima explicación, y es que a veces creo que nos merecemos lo que tenemos.

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