La Opinión de Murcia

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Las fuerzas del mal

Enrique Olcina

@enriqueolcina

¿A quién le importa?

Imagen generada con Midjourney, programa de Inteligencia Artificial. E. Olcina

Mario Vaquerizo ha vuelto a salir a la palestra por vestir una camiseta de la Legión, acompañado de un integrante del grupo vistiendo otra camiseta con el lema «Una, Grande y Libre». El periodista Marc Giró, al hilo de ese lema, hacía una crítica humorística, porque en toda broma siempre hay algo de broma, sobre la manía de la izquierda de discutirlo todo mientras las ideas simples, esa ‘unagrandelibre’, permitía a la ultraderecha simplificar el mensaje en una sociedad que, y esto lo añado yo, cada vez está menos para discutir y más para seguir lemas.

Al hilo de la esperable polémica, porque al fin y al cabo Mario asocia su público al colectivo LGTBIQ+, pero también su imagen a esa derecha trumpista que representa Ayuso, bajo la bandera de hacer siempre y en todo momento lo que le pide el cuerpo, pidieron que se cancelara un concierto del artista. Lo pidieron algunos ciudadanos, en el uso del mismo derecho de libertad de expresión y de hacer lo que le sale del alma que para sí proclama Vaquerizo, que ha clamado contra eso lo de la dictadura de lo políticamente correcto y que estamos en una sociedad donde ya no hay tanta libertad. Otra vez.

«¿A quién le importa lo que yo haga? ¿A quién le importa lo que yo diga? Yo soy así y así seguiré, nunca cambiaré». Ese, que parece ser el lema de Vaquerizo, es el himno de una generación y también el himno de un colectivo, el LGTBIQ+, que lo ha hecho suyo. La letra, de Carlos Berlanga y Nacho Canut, se ha quedado asociada a Alaska y, por extensión, a Mario Vaquerizo, que se embadurna en la gloria de esa canción.

Yo le puedo reconocer a Mario esa ruptura de la regla heteronormativa, deconstruyendo el género masculino y siendo un hombre heterosexual, comportándose, en sus propias palabras, como un maricón, pero la performance ayuda hasta un punto.

Cuando, en todo ese show de petardear y sorprender, te declaras defensor de lo LGTBI pero te alineas con el poder que amenaza precisamente a las personas LGTBI, posando al lado de una persona que valida en una camiseta un lema que se asocia a un régimen que ha perseguido a las personas LGTBI, o eres superamigo y estás en todos los saraos de otra persona, Ayuso, que por puro cálculo electoral ha puesto en solfa esos mismos derechos y a las personas que los defienden, nos importa lo que tú hagas, Mario, porque al mismo tiempo que te lucras de esa imagen de aliado LGTBI estás haciendo el juego a quienes les importa lo que hacemos y tratan, precisamente, de que no lo hagamos.

No sé, amiga, date cuenta.

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