Alberto Núñez Feijóo parece intentar emular a Rajoy en eso de dejar frases para la posteridad. Sí, Núñez Feijóo está en el camino de superar aquello de «los españoles son españoles y mucho españoles», entre otras cosas, porque en el poco tiempo que lleva al frente del PP ya nos ha dejado algunas perlas memorables como, «La incertidumbre. Cuando uno no sabe lo que le pasa, normalmente es lo que le pasa, que no sabe lo que está pasando».
Pues bien, aparte de regalar frases para la historia, Núñez Feijóo ya va diciendo lo que hará, si es que gana las elecciones. Con cuentagotas, pero va soltando alguna que otra cosa porque, hasta ahora, su programa parecía centrarse en lo de acabar con el ‘sanchismo’. Pero ya sabemos que eliminará muchos de los ministerios de ahora porque dice que cuando él estaba en el Gobierno de Aznar, «esas cosas no existían». Y una de esas cosas que no existían era el Ministerio de Igualdad, pero miren por donde, ahora propone una medida que ya fue puesta en marcha, hace un año, por ese Ministerio de Igualdad. Medida que los populares menospreciaron porque no les parecía acertada: nos estamos refiriendo a la gratuidad de la enseñanza de 0 a 3 años.
Asimismo. Lo que al PP le parecía hace un año una ocurrencia, ahora el líder del PP lo presenta como una idea brillante, necesitado como está, al parecer, de aportar algo positivo al discurso sobre «su Gobierno», porque teniendo en cuenta los ministerios que desaparecerán, las leyes que derogará y el estropicio que está dispuesto a hacer con todo (luego será mucho menos, ya lo verán), quizás era necesario frenar un poco y aportar algo positivo al discurso derrotista al que tiene acostumbrado al personal, porque aunque le esté aportando dividendos electorales, ese discurso choca con el del hombre moderado que gobernaba Galicia: está quedando tan poco de eso, el traslado a Madrid le ha cambiado tanto, que tendrá dificultades para reconocerse al mirarse en el espejo.
Pues ya ven, de ese «no acertado», los populares han pasado ahora a calificar de «medida fundamental» (que lo era, que lo es) la gratuidad de la educación de 0 a 3 años. De pronto descubrieron que no era mala idea, así es que «pelillos a la mar», y a olvidarse, como por arte de magia, de que en el 2022, cuando el Ministerio de Igualdad destinaba una importante partida a este tema, les pareció un despilfarro y en el colmo de la ceguera pregonaron eso de ‘redirigir’ los fondos a bajar impuestos. Y hemos de pensar en los motivos que han llevado a Núñez Feijóo a dar este salto. Y quizás es que tiene necesidad de marcar territorio con alguien como Isabel Díaz Ayuso, que después de inventarse lo de las becas para los pudientes; financiando estudios en centros privados, sin avergonzase de que, al mismo tiempo, en Madrid, miles de estudiantes se quedaran sin plazas publicas de FP y de guarderías, ahora, pasadas las elecciones, en el colmo de la sinrazón, nos sale con lo de poner en marcha un programa de incentivos para la contratación de empleadas del hogar para el cuidado de menores de 12 años (menores de 18 si existe discapacidad) o de otros familiares con discapacidad o dependencia al cargo de la familia. Y la noticia, que en principio nos podría hablar de preocupación por los más necesitados, nos llena de estupefacción cuando vemos que una familia, compuesta por dos adultos y tres menores, podría pedir esta ayuda de cuatro mil euros, siempre y cuando no supere los 150.000 euros anuales. ¿De verdad una familia con unos ingresos de 150.000 euros necesita una ayuda al mes? Esto no es bajar impuestos, que lo entenderíamos en un partido conservador, esto es algo muy difícil de comprender y de aceptar: una chuscada con muy poca gracia.
Realmente, este nuevo PP (el aliento de Vox se deja sentir), desconcierta.