Murcia D. F.

Depresión socialista en La Glorieta

Lola García

Lola García

No dan crédito a lo que ha ocurrido y están intentando salir del estado depresivo en el que se han instalado desde el pasado 28 de mayo cuando el electorado les dio un tremendo varapalo. No solo no revalidaron el número de concejales sino que perdieron un edil y se quedaron en ocho frente a la mayoría absoluta de José Ballesta, el alcalde electo, que también alucina con los resultados obtenidos, ya que el PP sabía que le iba a ir bien y que rozaría los 15 concejales, pero ni en sus mejores sueños hubiera imaginado los resultados obtenidos.

La decepción e incredulidad socialista vienen motivadas por las expectativas que se generaron desde distintos frentes. En el interno, el aparato del PSOE de la calle Princesa parece que convenció a José Antonio Serrano, alcalde en funciones, y a los suyos de que sería posible subir el número de ediles e incluso ganar las elecciones. En privado hacían las siguientes cábalas: los del puño y la rosa podrían lograr hasta 11 ediles (con el fichaje de Gino Ruiz, expodemita, creían firmemente en la subida) y obtener el triunfo, aunque eran conscientes de que la suma de los populares con Vox les alejaría del gobierno.

Estaban convencidos de ello, unas previsiones que se veían apuntaladas desde la propia bancada de los populares que llegaron a decir al equipo de Serrano que el PSOE tenía muy buenas perspectivas. Al menos eso era lo que algunos socialistas del Gobierno local afirmaban, casi en susurros, cuando se les preguntaba por cuestiones electorales. Fuera o no una estrategia del PP, la de confundir a los socialistas, la realidad se les mostró tozuda y finalmente no tuvieron la respuesta que esperaban de las urnas.

Tanta fue la decepción de Serrano que en la misma noche electoral quería tirar la toalla, una medida que le fue impedida por el consuelo que le brindaron los suyos. Finalmente, tras la reunión de la ejecutiva municipal, el todavía alcalde ha decidido quedarse y hacer oposición. La duda está en si acabará la legislatura como concejal no liberado (ha anunciado que vuelve al servicio de urgencias del Morales Meseguer) o se marchará a mitad de mandato, e incluso si llegará a Navidad. Quizá cuando pasen las elecciones generales tendrá más despejada la cabeza para decidir. Por nadie pase.

Suscríbete para seguir leyendo