La Feliz Gobernación

Hasta luego, López

José López, durante una rueda de prensa en la que sacó a la luz las posibles irregularidades del servicio de bomberos, el pasado octubre.

José López, durante una rueda de prensa en la que sacó a la luz las posibles irregularidades del servicio de bomberos, el pasado octubre. / MC

Ángel Montiel

Ángel Montiel

José López se va, como Arrimadas, pero sin disolver antes el partido. Al contrario, lo deja bien fuerte tras la noche cardiaca en que a punto estuvo de colocar una diputada regional. El Moviminto Ciudadano (MC) de López ha resistido muy bien, con la mala suerte para él de que la popular Noelia Arroyo ha dado un merecido estirón y la ex del PSOE Ana Belén Castejón le ha rebañado un buen puñado de cartageneristas prudentes. Ay, las chicas: han sufrido, como antes Barreiro, sus micro y maximachismos, pero al final lo han desplazado al rincón de pensar.

A pesar de su resistencia, López se ha quedado en el rincón, tan sólo destinado a montar el numerito del mes en el pleno, un show que ya está muy gastado. Así que adiós.

López quedará para la historia como un político de ademanes zafios, de explosiones violentas y de verbo demasiado expresivo, digamos que incontenido, con humor ocurrente, eso sí, aunque al estilo Arévalo. Su rollo se ha limitado al «Murcia nos roba», un lema efectivo, pero poco documentado. Ejemplo: casi el 55% del presupuesto regional de Patrimonio se invierte en Cartagena, y un simple paseo por la ciudad, todavía, según zonas, en fase de recuperación de la crisis de los 90 nos permite anotar que las Administraciones nacional y regional no son ajenas a la recuperación de su esplendor.

El histrionismo con que irrumpió el ya exlíder del MC sorprendió en su momento, pero con el paso del tiempo ha quedado sumergido como cosa anecdótica una vez que el conjunto de la clase política ha sacado los debates del tiesto. No hay ya mucha diferencia entre un pleno del ayuntamiento de Cartagena y una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. Y, desde luego, a pesar de todos sus excesos, López, aunque se acercó con ciertas alusiones a Arroyo, no llegó nunca al «sobaco socialista y al potorro podemita» como hizo ayer Vox Cieza en su cuenta de Twitter.

No obstante, a pesar de su populismo cartagenerista, el éxito continuado del MC debe obedecer a razones más profundas y reales que ya se ve que los partidos mayoritarios no han detectado, pues no son capaces de atajarlo.

El mapa de las urnas, barrio a barrio, da noticia exacta de dónde está la clientela y cuáles son los problemas que López ha activado como ejemplo de despreocupación de los gestores regionales o municipales. No tienen demasiado que ver con el cartagenerismo, sino con la mera gestión.

¿Sobrevivirá el MC sin López? La respuesta, como díría el hermano lobo, dentro de cuatro años, si Dios quiere.

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