Pintando al fresco

Les sienta mal

LES SIENTA MAL

LES SIENTA MAL / Enrique Nieto

Enrique Nieto

Enrique Nieto

Opina una amiga periodista que, en esta época de elecciones, los políticos están que se salen en cuanto a orgullo personal, felicidad interior al verse tan guapo/a y ‘hay que ver lo bueno/a que estás de azul’, cada vez que se miran al espejo. Todo este crecimiento de opinión respecto a uno/a mismo/a es producido, alentado y alimentado por las circunstancias propias de la campaña. Los candidatos andan rodeados de equipos, de asesores y de otros deudos y parientes que se dedican mayormente a alabarlos, a decirles ‘has estado genial’, a arreglarle a ellos la moña y a ellas el moño antes de salir a los estrados de los mítines acompañando el gesto con un ‘cómetelos con patatas como sólo tú sabes’ o ‘eres el mejor, joder’. Como a los mítines solo van los adeptos y militantes que gritan su nombre con vivas, y, si se dejan, son manoseados, besados, cubierto de babas por niños y ancianos, como arriba les digo, ellos llegan a sentirse los reyes del universo.

Pero suele suceder y sucede que los periodistas no los besan, sino que les preguntan por aquella promesa incumplida, por esta decisión estrafalaria, o por ese más que cuestionable proyecto. En algún caso, la cabeza bien puesta sobre los hombros de un candidato, o dos, reacciona con sentido, bien sea común o del humor, pero los hay que puedes leer en sus rostros y entender por sus palabras que te consideran: los unos un rojo ingobernable y quién sabe si ácrata vendido al oro de Moscú, y los otros un meapilas vendido al oro de Trump. En este sentido, he tenido un par de experiencias personales últimamente que hoy les voy a relatar aquí.

Hace poco, en un programa de radio en el que estábamos algunos analistas, entrevistaron al alcalde de Murcia y candidato del PSOE a estas elecciones, José Antonio Serrano. A cualquier pregunta que le hicieran contestaba con los avances y hermosuras que los socialistas habían conseguido en su gobernanza del Ayuntamiento de Murcia, y las que pensaban obtener con el voto masivo de los habitantes de la capital. Cubierto por esta túnica de loores propios y ajenos me llegó la hora de hacerle una pregunta al socialista, y esta fue más o menos así: «¿No le parece a usted que podrían haber encontrado un candidato más idóneo para ganar votos en las elecciones regionales que José Vélez?» y continué: «Estoy seguro de que es una persona de valía, pero estará usted de acuerdo conmigo en que quizás en Calasparra sea muy conocido, pero no en el resto de la Región, como se ha visto en las encuestas. ¿No hubiera sido mejor para su partido que encabezase su lista alguien del que supiésemos más? ¿No han pensado en elegir a una mujer? En el PSOE las hay muy consideradas y con valía más que demostrada».

Hubo un corto silencio después de mi pregunta, hasta que con una voz cortante y acento muy serio me respondió: «El PSOE ha elegido a José Vélez para ser nuestro candidato. Y es él y no otro el que encabeza nuestra lista. El asunto está zanjado», y se calló. Claramente la pregunta le había sentado como un tiro y lo demostraba con el tono.

Y la otra experiencia. Esta ocurrió el martes de esta semana. Vuelvo a estar en la misma emisora de radio y hoy la entrevistada es Miriam Guardiola, del Partido Popular. A las preguntas del director del programa responde con una retahíla de triunfos y maravillas obtenidas por Fernando López Miras y su Gobierno, acompañada por otra retahíla de las canalladas que Pedro Sánchez nos ha hecho y nos va a hacer a los murcianos. Escuchándola, uno podría pensar que vivimos de verdad en un paraíso en el que no nos falta de nada a ninguno. Cuando me llegó mi turno de preguntar, en primer lugar, le dije que no reconocía esa Región que ella pintaba y le hablé del más del 30% de gente que vive aquí bajo el umbral de la pobreza, del abandono de la enseñanza pública, del bajo nivel medio de los sueldos que reciben los trabajadores, entre otras lacras. Y he aquí su respuesta, con el rostro más serio que un ajo: «Quizás usted lo vea así por su ideología, pero la gente de Murcia nos valora y nos vota». Es la primera vez en mi vida cercana al periodismo que alguien me llama «rojo» en público. Vivir para ver.

Suscríbete para seguir leyendo