El Prisma
Carteles electorales: prohibido fijar carteles
Pablo Molina
La cartelería electoral es un anacronismo muy caro que los partidos políticos pueden permitirse porque lo financian con nuestro dinero. En los primeros años de la democracia pudo tener algún sentido, pero en la época actual no existe justificación para seguir afeando nuestras calles con la foto de los distintos candidatos.
No hay ninguna persona en el planeta Tierra que haya decidido su voto en función de la calidad artística de la foto de un político en un cartel electoral o por el acierto de un eslogan. Pero es que hoy, cuando internet permite formas de comunicación jamás soñadas, es una vergüenza que los partidos sigan utilizando esos recursos propagandísticos y gastando en ellos nuestro dinero. Que hagan quince debates parlamentarios y respondan a las preguntas de los ciudadanos sin filtro alguno. Los carteles, para las corridas de toros.
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