Nos queda la palabra

¡Ostras!

JULIÁN GARCÍA VALENCIA

Tiembla Galicia. Un ejército de ostras se han lanzado al Mar Menor para que se coman los nitratos agrícolas. Criadas en nuestras aguas, ahora se han reproducido en laboratorio a gran escala porque se ha descubierto que tienen mayor capacidad de filtración que los bivalvos gallegos. Y además, en una tierra en la que siempre nos ha sobrado ingenio, ahora más que nunca, acumularán las sabrosas hortalizas que se cultivan en nuestro Campo de Cartagena.

Y para más inri, vocablo inexorablemente unido a nuestra laguna, también se va a probar con las almejas. Toda ayuda es poca y, la verdad, si el Mar Menor se va a convertir en una marisquería qué paren las restricciones y, como quieren en Doñana, amplíen los regadíos para que puedan alimentar a la que sería nuestra ya imbatible agroindustria. Y todo ello regado con limón. No nos falta de nada, máxime si la materia prima son los nitratos.

A ver qué gallego lo supera, aunque siempre hay que estar atento a las salidas diarias de Feijóo. Ya saben, nuestro jefe de la oposición, fue capaz de rectificar en Granada a Bill Clinton porque había asegurado que el amanecer sobre la Alhambra era el más bello del mundo. Mejor el de Finesterre, comentó, siempre oportuno.

Ya me lo veo en el Mar Menor elogiando la tranquilidad de las aguas del Cantábrico.

En nuestra Región de Murcia no podemos competir en la crianza de animales políticos de la talla del propio Feijóo, Rajoy o de otros que mejor no recordar por si se les ocurre resucitar.

Pero ya puestos, somos capaces de poner en valor aún más nuestros caminos y santuarios religiosos de la Fuensanta, Vera Cruz y demás pórticos...haciendo sombra a Santiago de Compostela.

Con los votos parecidos, sólo nos falta la lluvia gallega, pero para esto está ya nuestro Obispo, perfectamente vacunado, llamando a la oración.

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