Dos veces breve

Resignificar el Valle

Pedro de Silva

Antes de que el Valle de los Caídos recibiera ese nombre (ahora también desalojado), el valle, con una colina de aspecto tumular en medio, ya era un milagro visto desde la carretera de La Coruña. Franco, que pese al nombre tenía más sangre celta que germánica, advirtió que aquel gigantesco túmulo natural pedía a gritos un muerto dentro para sacralizarlo, y en su megalomanía (esta germánica, no celta) lo eligió como tumba. Lógicamente el túmulo dolménico no podía tener significado pagano, sino el de una cruzada religiosa, y, para resignificarlo, le plantó encima la más enorme (y bella) cruz del orbe cristiano, plantando de paso alrededor miles de víctimas de su megalomanía guerrera, para que le dieran compañía y loor en el Valhalla. Muchas décadas después las clases medias que había criado a sus pechos se pusieron a resignificar su Valle con honrada mentalidad de parques y jardines.

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