Fútbol

Con más ilusión que nunca

La Real Federación Española de Fútbol puede hoy esgrimir resultados concretos que constatan mejoras objetivas

Luis Rubiales

Luis Rubiales

Han sido doce meses de ataques personales graves y despiadados. Pretendían desalojar a este presidente de su cargo y sustituirlo por otro más sumiso a los dictados del presidente de La Liga, Javier Tebas. Pero no lo han conseguido y pese a los continuados y feroces embates sufridos, la Real Federación Española de Fútbol puede hoy esgrimir resultados concretos que constatan mejoras objetivas. 

Recuerdo como si fuera ayer el lunes 18 de abril del año pasado, día en el que empecé a recibir los golpes de una campaña orquestada por los habituales enemigos de los planteamientos de la Federación. A partir de materiales ilegalmente obtenidos y selectivamente editados y difundidos por un antiguo empleado nuestro y al servicio de los intereses millonarios de ya sabemos quién, trataron de presentarme como un corrupto perceptor de comisiones ilegales, que utiliza el dinero de la Federación en fiestas y viajes privados.

Desde entonces, he demostrado la falsedad de esas acusaciones y la honradez de mi trabajo. Me equivoco en mi labor a veces, por supuesto, pero puedo ir con la cabeza alta en cuanto a la limpieza de mi comportamiento.

Decenas de informaciones falsas, torticeramente tergiversadas y de una agresividad inusitada han sido colocadas en un par de medios que son piezas clave en esta trama ideada en otro sillón y que saben mejor que nadie que a lo que llaman “noticia” es un infundio como la catedral de Burgos de grande. Así trataron de perturbar mi trabajo, y por ende, el de la RFEF. Hasta 70 denuncias y querellas hemos tenido que responder entre esas y otras acusaciones. Hasta ahora, todas se van archivando. Eso sí, dejan huella y hacen daño a nivel social, porque algunos desaprensivos tratan de convertir la falsedad en verdad, porque algunos otros medios se hacen eco sin reparo, porque algún cobarde trata de sumarse al linchamiento por estética o por otros intereses espurios.

Afortunadamente, también hay gente prudente y honesta que me ha mantenido su confianza y afecto, medios de comunicación rigurosos y políticos serios (de todos los colores) que me han escuchado o me han llamado para darme su apoyo y apartarse de una cacería que huele a lo que huele: el que paga, manda.

No van a conseguir desestabilizarnos. La Federación, que representa a todo el fútbol y que se vuelca fundamentalmente con el fútbol de los campos humildes, con las divisiones y secciones más modestas y que protege la dimensión más social del fútbol, ha multiplicado su presupuesto hasta un nivel histórico, pasando de 140 a 400 millones de euros anuales bajo nuestra gestión en estos 5 años. El fútbol femenino en concreto, ámbito que nos ocupa de manera muy especial, ha pasado de un presupuesto de tres a más de veinte millones de euros y casi triplicado sus licencias en este tiempo. Esperamos que este verano, en la Copa Mundial Femenina de Australia y Nueva Zelanda, nuestras futbolistas confirmen que están entre las mejores del mundo.

Los ingresos de la Federación se destinan prioritariamente a las federaciones territoriales, la auténtica base del balompié español. Esos fondos permiten ayudar a mantener los clubes de las categorías nacionales no profesionales y de aquellas otras categorías regionales donde futbolistas aficionados viven el sueño de practicar el deporte más bonito del mundo. También con estos fondos se subvenciona una parte importante de los entrenamientos de casi un millón de niñas y niños que juegan al fútbol cada semana, así como la labor de los árbitros y los entrenadores, y en especial de los anónimos.

Siendo el fútbol modesto nuestra prioridad, confiamos en que España siga siendo también una potencia mundial en el fútbol más visible. Trabajamos cada día en todos los niveles para que España, Portugal, Ucrania y Marruecos puedan organizar el Mundial en 2030. Hemos generado una candidatura multinacional muy atractiva y preparada de manera impecable. Hemos sufrido, en ocasiones, un inexplicable veto mediático. Pasos firmes y logros que serían orgullo y portadas en cualquier lugar, se han visto privados de publicidad en algunos medios, seguramente para no dar el lugar que se merece a la Federación. Hoy más que nunca estoy convencido de que España albergará este Mundial y con ello los beneficios y decenas de miles de millones de euros que repercutirán en nuestra sociedad. Algún día se reconocerá el trabajo hecho junto a nuestra administración y el resto de federaciones involucradas. Ahora, en algunos medios, vende más lo negativo, sembrar la duda y tirar basura sin pruebas porque, sin duda, el que paga, manda.

En nuestros años como directivos de la Federación hemos tenido que afrontar momentos duros. Cuando, hace unos meses, nuestra selección no tuvo el resultado esperado en el Mundial de Qatar, sustituimos a un magnífico seleccionador que nos ha dado mucho, conscientes de que era momento de buscar un nuevo camino de inmediato. Tuvimos que reaccionar al instante cuando algunas de nuestras jugadoras dejaron por propia decisión el equipo nacional, y desde entonces se ha dejado claro que serán convocadas quienes estén disponibles y reúnan las mejores condiciones de entre todas aquellas que, de corazón, quieran representar a nuestro país, no solo aquellas que quieran ir a un Mundial. Y también defendimos nuestra honorabilidad cuando se suscitó el llamado ‘caso Negreira’, que afecta al ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) -al que no conozco-, miembro del antiguo grupo que yo cesé en bloque nada más llegar a la Federación, buscando la modernización y renovación necesarias.

En definitiva, hemos trabajado siempre con tesón y con honradez. Con aciertos y con errores, pero invariablemente con honestidad y afán de servicio al fútbol español. Y poniendo, permanentemente, como prioridad al fútbol más modesto y necesitado.

Eso no gusta siempre a quienes controlan los intereses millonarios del fútbol de élite, de mayores ingresos, donde un acaparador ambiciona controlarlo todo. Escuece también por otros datos objetivos, y es que la gestión realizada en ese fútbol está generando recesión y despatrimonialización, mientras que la Federación obtiene los mejores números de su historia, manteniendo fuertes, con ayudas nunca vistas antes, las raíces del fútbol. Pero nuestro fútbol está por encima de las inquinas personales de nadie, por muy poderoso que se sienta. Y no vamos a amedrentarnos. Hay una enseñanza que he experimentado este año: merece la pena resistir las insidias, a pesar de la dureza de los ataques y de la falsedad de las acusaciones, si te acompaña la verdad. He aprendido que si vas con la autenticidad por delante, si tienes claro tu objetivo y éste es tan legítimo e inspirador como la defensa del fútbol, si sientes, como yo lo siento, el aliento de quienes te acompañan, entonces resistes y, cada vez más, sabes que la verdad prevalecerá. Y si esta firmeza favorece al deporte que más une a nuestro país y que más pasión genera entre nuestros compatriotas, si te sientes custodiado por la certeza de que tu proceder es el correcto, entonces el dolor de los golpes se disipa de inmediato y tienes aún más fuerza para continuar para cumplir tus objetivos.

Y no solo resistes, sino que ganas.

Para terminar, quiero dar las gracias, a todo el fútbol español, a mis compañeros de junta directiva, al staff de la Federación, a los presidentes del fútbol autonómico que conviven conmigo y me conocen en profundidad, este fútbol se entronca en la federación española y vertebra nuestras acciones hasta llegar a los más necesitados. Gracias, ya que han confiado siempre en mi honorabilidad.

Por último, gracias a mis hijas, a mis padres, a mi hermana, a mi familia de verdad y a mis amigos.

Seguimos.