¿Quién habla de políticas públicas?

Una lástima que nadie esté hablando de políticas públicas a poco más de un mes de las elecciones autonómicas y locales, y que solo esté sobre la mesa del debate cómo y cuándo se aplicarían las 35 horas.

Miles de empleados públicos se merecen que salgan del debate público los insultos, las amenazas, las críticas y los ruidos, y que los diferentes partidos digan cuáles son sus propuestas, no solo en materia educativa, sanitaria, servicios sociales, etc., sino en materia de función pública.

Que todo el debate público se concentre en si rebajar dos horas o dos horas y media la jornada semanal no solo nos lleva a desenfocar el grave problema que tienen miles de empleados públicos temporales o servicios esenciales, sino que volvemos a dejar la gran oportunidad de llevar el servicio público al siglo XXI.

¿Quién está hablando de políticas públicas preventivas en materia sanitaria? ¿Quién está sacando sobre la mesa si los sistemas de selección son los más adecuados? ¿Qué propuestas se hacen para que no existan procesos selectivos que duran lustros? ¿Quién está hablando de formación, de cuerpos y escalas, de carrera profesional?

Sería todo un detalle que alguien bajara los decibelios y expusiera a la sociedad cómo hacer regresar la calidad del servicio público, que se hablara de nutricionismo, tabaquismo, transporte colectivo, de nuevos métodos educativos, de fomentar y apoyar a las miles de trabajadoras públicas que se encargan de cuidar de los que siempre pierden, o que se comprometieran a invertir en investigación, a reformar de arriba abajo la propia administración.

La región murciana siempre tomó las decisiones importantes equivocadas, desde cuando desestimó el aeropuerto de Alicante a cambio de la sede de Radio Nacional de España, hasta cuando el exalcalde Cámara, que tanto daño hizo a la ciudad, abandonó el sur por el norte, priorizando un tranvía que apenas soluciona los graves problemas de movilidad que tenemos en la costera sur, pasando por el patético acuerdo al que se llegó para que el AVE llegara a Murcia, o el fracaso que supone el nuevo aeropuerto internacional de Corvera, que solo en el primer trimestre de 2023 ha perdido un 50% de pasajeros frente a San Javier en 2018.

Las políticas públicas en la mejor tierra del mundo siempre se tomaron en dirección contraria al interés general, así que es la hora de que alguien proponga corregir el gran déficit público que padecemos.

Tenemos un AVE soterrado gracias a la movilización vecinal, y ahora las Posadas de Librilla se han salvado gracias también a la conciencia social de un pueblo que veía cómo las políticas públicas las llevaban al abandono. Son dos ejemplos de lo que los colectivos pueden conseguir.

Si queremos que los servicios públicos no sigan deteriorándose para ser privatizados, si apostamos por tener compromiso social a través de políticas públicas, es el momento de exigir que quien tenga la responsabilidad de gobernar, nos expliquen y expongan sus propuestas en materia de políticas públicas. Por eso, la manifestación convocada para este próximo día 20 por los sindicatos educativos es una bocanada de esperanza, esperemos que no sea demasiado tarde.

El SEF o el IMAS no se salvará de su privatización porque un puñado de compañeros y compañeras sigan gritando en el desierto. Seguirán faltando profesionales sanitarios si no cortamos la hemorragia de enfermos y usuarios que generamos a través de una nula política preventiva, y la educación pública abandonará el gran ascensor social que debería representar, si permitimos ser cada vez más pequeños e insignificantes. Exijamos a nuestros representantes mucho más que hablar de 35, 36 o 37,5 horas semanales.

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