El prisma

Feijóo y su mitin-misa

Evangelistas en los mitines

J. L. Vidal Coy

J. L. Vidal Coy

Nos hemos caído del guindo con la nueva camaradería pública aparentemente recién estrenada entre Núñez Feijóo y una congregación evangélica, que ya sabemos para donde tira. El país ha estado ignorante hasta ahora y ha despertado al nuevo fenómeno político-religioso porque el líder popular se personó, participó, elogió y fue encomendado al Altísimo –«Señor, bendice al señor Feijóo», profirió la pastora Yadira Maestre– en una acto sabatino del PP madrileño para creyentes evangélicos.

En provincias estábamos desavisados. En el centro de todas las Españas la lideresa popular, la mundialmente conocida Isabel Díaz Ayuso, lleva tiempo arando y sembrando en ese terreno aún ignoto de cierto sector de la inmigración latina; también rumana, dicen. A tal fin, el PP madrileño creó una Secretaría de Nuevos Madrileños cuyo interés primordial no son los recién nacidos.

No cabía esperar menos de ella. Sabíamos que andaba muy preocupada por el bienestar material de sus conciudadanos. Lo viene demostrando con su sabia dirección de la sanidad pública y los cuidados asistenciales a los más mayores.

y con la satisfacción inundando centros de salud, hospitales y residencias de ancianos, era lógico que su afán fuera dedicado a los «nuevos madrileños», electoralmente fuera de foco aunque muchos pueden votar: más de 500.000 de los casi millón y medio de migrantes en Madrid que forman el 21% del censo. Un bocado nada desdeñable en un conteo ajustado.

Existen desde hace más de dos años #LatinosconAyuso, #YoconAyuso, o @HispanosconPP, polos de atracción popular en redes sociales. El primer lema ya estuvo impreso en mascarillas de los tiempos pandémicos. No se equivoca la lideresa. La tendencia política de los migrantes de allende el charco es muy observable en esas redes en las que se expresan.

Especialmente afines a la derecha son los procedentes de Venezuela, Colombia, Ecuador y Bolivia, los más numerosos. Según un respetable diario madrileño de derechas, el voto latino «aupó a Ayuso» en las últimas autonómicas.

Es decir, en la capital se sabía esto sobradamente. Quien ahora se ha enterado requetebién es el líder máximo, que probablemente no había atendido demasiado el asunto por la escasa presencia de migrantes en su Galicia.

Con la lección aprendida como la debe tener –gracias a su asistencia al mitin-misa–, Feijóo seguro que ha cursado las órdenes oportunas a otras autonomías con gran presencia migrante.

No será de extrañar que se pasee por la Región de Murcia para echarle una manita al presidente murciano en su afán de que los diputados de Vox no le sean imprescindibles para gobernar. Pura mercadotecnia electoral: Ayuso y Feijóo se contonearon al ritmo del merengue «El Tiburón», secundados en esa tesitura por el alcalde Almeida, curado de espanto tras su inolvidable experiencia en la cama elástica.

Quien aún no sabemos si pasará por el trance es nuestro López Miras. Veremos. El PP no tendrá problemas con la jerarquía ni los fieles católicos: no pueden estar celosos porque reciben una atención excelsa, inmarcesible y eterna de los gobernantes y masas populares (también de muchos socialistas) en Murcia, Andalucía, Castilla y León... tal como marca nuestra aconfesional Constitución.

Descartado el conflicto de intereses y bendecida por Trump y Bolsonaro, se alumbra la era del nacional-evangelismo gracias al concurso inestimable de este otro gallego con aspiraciones y su lideresa querida.

Así, se superpondrá y habrá una conjunción de intereses con el nacional-catolicismo aún vigente en demasiados sitios. Se sustituirán los hisopazos, el palio y el «De rodillas, Señor, ante el Sagrario» por la bachata y el reguetón, quién sabe si también en Semana Santa.

Quizá los paracas marchen al son del guaguancó tras los Salzillos. Genuino ecumenismo. Como manda el Papa de Roma.

Suscríbete para seguir leyendo