Café con Moka

El sueño americano

Mónica López Abellán

Mónica López Abellán

Hace años que no veo una gala de premios del cine completa, ya sea la española de los Goya o su análoga en Norteamérica, pero sí me gusta conocer los premiados y seguir, de algún modo, los ecos de dichos eventos. Así, este año me emocionaba, incluso, con el discurso del ganador del Oscar a Mejor Actor de Reparto: Ke Huy Quan, de origen vietnamita y que muchos recordamos por su papel de ‘Tapón’ en varias entregas de la saga Indiana Jones, quien hacía referencia a su llegada al país de las oportunidades: «Mi viaje empezó en una embarcación. Pasé un año en un campamento para refugiados y de repente estoy aquí», ni más ni menos que recogiendo una estatuilla dorada. «Dicen que historias como estas solo pueden ocurrir en una película, pero me ha pasado a mí».

Y es que, aunque parezca mentira y como suele decirse, la realidad muchas veces supera a la ficción. Hace unos días, leía en un curioso y original libro que me regaló una amiga (Cristina), HEX – Historias Extraordinarias de Daniel López Valle, las memorias de una joven bailarina belga que, en plena Segunda Guerra Mundial y tras vivir encerrada en un sótano con su madre, para sobrevivir actuaba en ‘espectáculos’ clandestinos (curiosamente sin aplausos para evitar ser descubiertos); y que incluso parte del dinero que recaudaba lo donaba a la resistencia. La escasez y el hambre hicieron estragos en su salud, provocándole anemia y otros problemas de salud que la acompañaron toda su vida.

«Vimos fusilamientos. Vimos hombres y mujeres ponerse contra la pared y ser tiroteados», relataba en primer persona ésta muchacha que años más tarde se convertiría en una actriz mundialmente reconocida. Sin embargo, leyendo esta biografía nunca imaginé que estuviese hablando de la mismísima Audrey Hepburn.

Pero estos pasados dramáticos no son una rara excepción entre las ‘celebrities’, ya que son muchos los que protagonizaron turbias y difíciles situaciones: desde la mismísima Marilyn Monroe, que vivió en un orfanato hasta la mayoría de edad; a Oprah Winfrey, que sufrió abusos sexuales de varios de sus familiares desde los nueve años, o Charlize Theron, que presenció el asesinato de su madre a manos de un padre alcohólico.

Y es que, aunque tengo que reconocer que no soy muy fan de aquello del ‘sueño americano’ que bien podía representar hoy aquel joven vietnamita que veíamos en las películas del aventurero Harrison Ford, «los sueños son algo en lo que hay que creer», aunque como él mismo reconoce casi renunció a los suyos, porque está claro que pueden cumplirse, venga uno de donde venga.

Y es el que el pasado (y nuestra historia) nos condiciona, pero jamás nos limita (o eso quiero pensar).

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