Nosotros | 35º Aniversario LA OPINIÓN

Escribir opinión en La Opinión

Enrique Nieto

Enrique Nieto

La Opinión cumple 35 años y yo 33 escribiendo en sus páginas, porque, menos dos años en los que me vendí al oro de Moscú, siempre he formado parte del equipo de este periódico, lo que ha sido un honor, oiga. Uno de sus directores, el tristemente fallecido Avelino Rubio, me dijo una vez que yo escribía con dos sentidos, sentido común y sentido del humor, y que eso era bueno, así que he procurado mantener esas premisas a ver si conseguía que alguien me leyera. Otra cuestión que he tenido muy en cuenta es no escribir para que se `pusiera contento/a’ mi jefe, ni para poder adjuntar esa publicación a mi historial académico, a fin de ganar puntos, ni tampoco lo he hecho para hacerle la pelota a un político con la intención de que después me lo pagara en carne, o en cualquier otra moneda. En un par de ocasiones me he sentido algo avergonzado al leer en papel lo que había pergeñado el día anterior, pero ha ocurrido poco, porque suelo pensar bastante lo que pongo, aunque no se note.

Para escribir columnas de opinión, que es mayormente lo que vengo haciendo todos estos años, hay que ser mañoso y no se crean ustedes que es muy fácil. Se deben manejar bien los resortes de la cosa porque tiene muchos peligros. Para empezar, no puede uno escribir el mismo artículo todas las semanas, porque corres el peligro de que el personal, al verte el careto, piense que ya sabe lo que vas a decir y pase de ti. Por otro lado, conviene que tengas muy en cuenta que, aparte de que lo que escribes le guste a tu prima, a tu confesor, a tus compañeros de partido, etc., también pueda ser apreciado por más lectores. Yo elegí hace mucho tiempo escribir con el lenguaje más sencillo posible a fin de abrir el campo de la lectura a más seres humanos. Con esto quiero decir que, si no escribes ‘idiosincrasia’, ‘octópodo’, ‘etimológicamente’ o ‘enhiesto’ en todos los artículos no ocurre absolutamente nada, aunque allá cada cual con sus gustos.

A la hora de opinar de los políticos en este periódico o en otro medio, como tertuliano, analista o correveidile, se debe tener muy en cuenta que siempre hay que criticar. No hay cosa peor para un articulista que escribir contando algo bueno de uno de ellos porque inmediatamente es tachado de lameculos por la mayoría de los lectores. El otro día yo puse a uno de ellos medio bien y todavía ando llorando por las esquinas ante los reproches que me han hecho varios amigos y algunos enemigos. O sea, que hay que ser borde.

Con estas premisas llevo apareciendo en La Opinión desde hace 35 años y nunca me han echado. Por lo tanto, el sistema funciona. Así que aquí lo explico por si le viene bien a alguien, amigos.