Advertía Mario Gómez, el todavía portavoz de Cs en el Ayuntamiento de Murcia, que la decisión de la dirección de su partido de encargar a García Rex la candidatura para las municipales provocaría que los pedáneos naranjas rompieran el carné y se recolocaran en otras opciones.
Ni que fuera Rappel, ya digo. Dicho y hecho. El éxodo ya ha empezado con los de Gea y Truyols, Los Dolores y alguno más, y se prevé que el domingo se den a conocer algunos otros fugados.
Lo curioso es que se marchan al PP de José Ballesta. Si se largan porque la dirección de Cs no ha seguido el criterio de Gómez de nominar para la candidatura a Paqui Pérez ¿cómo es que se van con Ballesta, quien según Gómez era un alcalde corrupto y en consecuencia firmó una moción de censura con el PSOE para sustituirlo? Tal vez sea que esos pedáneos de Cs eran más afines al PP que al actual socio de Gómez, el PSOE, y fuera el portavoz quien forzara a los suyos a romper con un aliado natural a cuyo seno ahora regresan.
Lo que en realidad aparece claro es que más que por enfado a consecuencia de la la identidad del nuevo candidato estas renuncias significan objetivamente una enmienda a la posición que adoptó Gómez a mitad del mandato. Porque de otro modo, y en pura lógica, se habrían marchado al PSOE.