La Feliz Gobernación

Teo se despide de todos ustedes

Hace unos meses pregunté a López Miras:¿Qué le dirá usted a Teo si le pide volver a encabezar la lista al Congreso por Murcia? Y respondió:«Las listas al Congreso las hacen en Madrid». Si hubiera tenido a mano una toalla se la habría ofrecido al presidente para que se secara las manos

Teodoro García Egea

Teodoro García Egea / EP

Ángel Montiel

Ángel Montiel

Estábamos a los postres, con las noticias de Antena 3 de fondo. Y dijo la presentadora: «Conectamos con la sede del PP, donde comparece Teodoro García Egea». No es muy habitual que los telediarios ofrezcan informaciones en directo, así que aquello prometía ser algo grande. Y lo fue. Cuando Teo empezó a hablar se me atragantó la mandarina. «¿Qué te pasa?», me preguntó, alarmada, mi santa esposadora. «Nada, que por primera vez en mi vida estoy contemplando un suicidio en directo».

Teo seguía hablando y yo veía a cada frase cómo la horca se iba apretando alrededor de su cuello. «De esta no sale vivo», profeticé en voz alta. Y me atreví a más: «En el telediario de la noche darán la noticia de su destitución por Pablo Casado». No sucedió. Al contrario, el líder del PP amaneció dos mañanas después en el programa de Carlos Herrera para secundar a su número dos. A quienes me enviaron el audio a primera hora les respondí por escrito: «Es el efecto contagio de los suicidios. Dos por el precio de uno».

Estaba convencido de disponer en ese asunto del don de la adivinación, pero Apolo debió jugármela, como a Casandra, pues nadie me creía. Hasta que, de pronto, todo se vino abajo, y Casado y Teo se despeñaron por el propio peso de su temeridad. Y es que lo mío no era iluminación de pitoniso, sino lógica política elemental. Que los dirigentes de un partido salgan a los medios a denunciar por corrupción, sin pruebas en la mano, a la presidenta de una Comunidad de su propia cuerda que acababa de arrasar en las elecciones no se ha visto más que esa vez en la vida. Ni siquiera cuando el PSOE murciano decidió cargarse a Collado salió alguien a declarar públicamente tamaño propósito.

¿Cómo es posible que Teo no lo viera venir, tan listo que se nos aparecía? El día en que recogió sus cosas de la sede de Génova lo llamó Ana Pastor para entrevistarlo en La Sexta. Una hora en la franja de máxima audiencia, cosa que no le ofrecieron nunca a ningún político murciano, ni a Saavedra Fajardo. La cosa estaba caliente, y cabía suponer que la bomba iba a estallar, pero la conversación resultó frustrante y no dio ni para un titular. Dicen las malas lenguas que Pastor cometió el error de promocionar la entrevista y que en la sala de maquillaje y durante el tiempo de espera para la emisión Teo recibió algunas llamadas que lo convencieron de que lo prudente para él era mantener la discreción.

Después, conservó su escaño y lo gratificaron con un plus al hacerlo presidente de la comisión de Seguridad Vial. Abrigado y calladito. Hace unos meses pregunté al presidente de la Comunidad, López Miras (en los carteles preelectorales, LM): ¿Qué le dirá usted a Teo si le pide volver a encabezar la lista al Congreso por Murcia? Y respondió: «Las listas al Congreso las hacen en Madrid». Si hubiera tenido a mano una toalla se la habría ofrecido al presidente para que se secara las manos.

Pero Teo, el murciano que hasta hace nada tenía todo el futuro político en sus manos, se ha marchado del escaño al coro, y ha emprendido una nueva vida por la senda del blockchain y las criptomonedas (sea esto lo que sea). Ni siquiera ha esperado unos días para asistir en primera fila al sow Tamames., Su nueva ruta parece más segura que la de los podemitas para acabar con el capitalismo tal y como lo conocemos. Al final veremos que serán los finos liberales quienes se cargarán el sistema. Ya decía Marx que el capitalismo sucumbiría por sus propias contradicciones.

En fin, que estoy convencido de que si Teo ha escrito un libro sobre las criptomonedas es con objeto de persuadir al hermano de Ayuso para que la próxima remesa de mascarillas la compre con bitcoins. Esa sería su venganza.

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