Erre que erre (rock and roll)

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Covers / Jutxa Ródenas

Jutxa Ródenas

Jutxa Ródenas

Decía el médico y Pastor protestante Martyn Lloyd - Jones: los hombres que intentan algo y fracasan me interesan más que aquellos que sin hacer nada logran el éxito.

Ya sean más o menos extensas las metas que intentamos alcanzar, absolutamente todas y cada una de ellas requieren la actitud de emplear para ese fin esfuerzo físico y mental. Hasta ahí bien, es sólo que la nostalgia vuelve a golpear el pomo de la puerta de nuestra conciencia al recordar esas cualidades tan aplaudidas en otras épocas. Y no, no lo digo porque hoy jueves colapse La Fama, el mercado semanal, y al visitarlo se haya grabado en mi mente el abrupto número de copias, falsificaciones y plagios de cuestionables firmas de bolsos. Hablo de la autenticidad como concepto, ese olvidado enfoque que antaño mostraba algo único, diferente y poco convencional, en definitiva, novedoso. Libreme la más poderosa fuerza de emitir un insulto, es sólo que pienso en que antes no éramos las ratas protagonistas de la majestuosa fábula documentada por los Hermanos Grimm, El Flautista de Hamelín.

Las sórdidas roedoras seguían al músico mientras éste interpretaba un hermoso poema de Hugo Wolf amenizado por la sonata de la magistral ópera Der Ratenfängers (Roman von Russell) , y así, por danzar en masa sin mirar, todas se ahogaron. Recordar que ante la negación de los aldeanos por recompensar la deuda generada bajo promesa al que los liberó de una crisis monumental, el flautista, enfadado, hizo lo propio con los niños del pueblo. Sólo un pequeño cojo; al no poder caminar, otro ciego que no pudo ver hacia dónde se dirigían y un sordo que los siguió hasta perder la curiosidad, escaparon al encierro de su raptor.

Seamos como esos niños ante este instaurado plagio. Nos venden la vida en un formato dónde la noticia es sorprender con las canciones de siempre a un público ensimismado al que toman por lelo, porque claro, suenan distinto en la voz de los grandes talentos ocultos de este país. Hermana, nueve millones de euros como inversión tienen la culpa. Nueve pagados por tí y por mí para sacar a la luz un producto manipulado, obsoleto, nada transgresor y cuyo maestro de ceremonias, para más inri, se llama Miguel Bosé, acompaño de unos discípulos más pulcros como Mónica Naranjo, Juan Magán y Chanel...

Ríete del circo de los horrores, al menos ahí de originalidad van sobrados. Miren, yo me bajo en la próxima, pero mi opinión es la que menos cuenta. La calle ha dicho sí, el pueblo sigue necesitando pan, circo y boogie boogie para olvidar un rato lo carísimo que está el mercado, para obviar que alguien en este país pueda aún sorprendernos desestabilizando a la monotonía, creando. No somos conscientes de que al añadir un ápice de emoción a nuestra vida nos expandimos hacía una perspectiva enriquecedora.

Para eso hay que cruzar la barrera de la confortabilidad. Escoger la opción menos arriesgada siempre fue más sencillo, y aún sabiendo que son las dificultades las que nos preparan para lo extraordinario, cuesta asimilarlo. Y aunque ustedes, tras este relato, hubiesen preferido leer cualquier frase recurrente de personaje en auge (si, estoy pensando en la Esteban), siempre les estaré agradecida por no ponerse del lado del conformismo, por pensar que este es el peor enemigo del éxito, con todos mis respetos a quienes, como los anteriormente citados, generan derechos de autor y caiga quien caiga.

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