Pulso político

Puente aéreo Corvera – Miami

Francisco Lucas

Resulta difícil establecer alguna analogía entre Don Johnson y Fernando López Miras, salvo que el primero, en el papel de Sonny Crockett, era el célebre protagonista de la serie Corrupción en Miami, y nuestro presidente es el triste protagonista del chusco serial político que ha permitido que la empresa de su padre político, Pedro Antonio Sánchez, afincado en Florida desde hace más de un lustro, reciba dinero público destinado a garantizar la viabilidad de las empresas y autónomos regionales, fuertemente golpeados por la pandemia.

A nadie se le escapa que dicha empresa, con el sangrante nombre de Tiempo Libre (Tempori Parce), sin actividad conocida, con un kilométrico y tramposo objeto social que abarca hasta las pompas fúnebres, y ni un solo empleado, no sufrió los rigores que la hacían acreedora o merecedora de tal subvención, pues la vida de lujo que su único socio, el propio Pedro Antonio Sánchez, exhibía y sigue exhibiendo en sus redes sociales a lo largo y ancho de la península de Florida, revelan, más bien, lo contrario.

Los gastos subvencionables, destinados en la convocatoria a la satisfacción de la deuda y pagos a proveedores, incluidas las nóminas de los trabajadores, y otros acreedores, financieros y no financieros, tampoco parece que encajen demasiado en una empresa cuyas cuentas arrojan beneficios cercanos a los 100.000 euros.

No es ningún secreto que Pedro Antonio Sánchez, expresidente de la Comunidad del PP, y condenado por corrupción el pasado 6 de marzo formalmente por la Justicia, seguía manejando los hilos del Gobierno regional y de López Miras desde Miami. Por eso, a nadie le extraña a estas alturas las prácticas antidemocráticas a las que nos tiene acostumbrados López Miras, que, evidentemente, las ha heredado de su padre político, el expresidente condenado que lo eligió a dedo para sucederle en el cargo y continuar así con su legado: el de la corrupción.

Si hacemos memoria, en los últimos años, cada nombramiento de consejeros y otros altos cargos del Gobierno regional, así como decisiones importantes adoptadas por el Ejecutivo de López Miras han contado con el beneplácito y la aprobación de Pedro Antonio Sánchez.

Pero la condena al expresidente autonómico del PP y padre político de López Miras no es un hecho aislado, sino la constatación judicial de unas prácticas y de unas políticas corruptas del PP de la Región de Murcia que duran ya 28 años, unas prácticas corruptas que el PP y López Miras ha institucionalizado y que están desangrando la Región de Murcia.

A la ciudadanía de esta tierra tampoco se le olvidan las palabras de López Miras cuando Pedro Antonio Sánchez lo eligió a dedo para sucederle al mando del Gobierno regional: «Me voy a dejar el alma y la piel por reponer (sic) una injusticia y reponer (sic) la voluntad de los murcianos. Nadie nos va a decir quién es el referente político del Partido Popular y de esta Región».

Pues bien, ha llegado el momento de que López Miras explique a toda la ciudadanía de la Región de Murcia que su referente político y el de su partido ha sido condenado a tres años de prisión y 17 años y tres meses de inhabilitación para cargo o empleo público. No nos vamos a cansar de exigirle explicaciones. Porque ha quedado claro que la corrupción es la forma de actuar del Partido Popular de López Miras. Su seña de identidad es beneficiarse ellos mismos a costa de los demás. El caso Auditorio no es un caso aislado, hay muchísimos más, como el de la Desaladora de Escombreras, el caso Novo Carthago y el caso Umbra, entre otros. El Partido Popular deja ya un reguero de irregularidades y casos de corrupción imposibles de ignorar que exigen la comparecencia inmediata de López Miras, que asuma responsabilidades y dé explicaciones a todas las personas de esta Región, que no se merecen la vergüenza y el sonrojo que provoca que la Región de Murcia vuelva a abrir informativos y ocupar portadas por la gestión corrupta del padre político de López Miras.

Tampoco podemos olvidar que la corrupción afecta a toda la ciudadanía, porque ese dinero público que el PP corrupto de López Miras utiliza para su beneficio propio, podría haberse destinado a mejorar servicios públicos esenciales, como la educación o la sanidad. Si quedaba alguna duda, esta escandalosa subvención concedida por López Miras a la empresa de su referente político condenado confirma que los vínculos entre Pedro Antonio Sánchez y el propio López Miras son ahora más fuertes que nunca, un cordón umbilical que jamás se ha roto.

Esto no es una cuestión de partidos, ni de PP ni de PSOE, es una cuestión de necesidad de cambio y regeneración urgente e inaplazable. La Región de Murcia necesita salir ya del pozo de la corrupción en la que la ha metido el PP de López Miras. Y ese cambio será posible a partir del próximo 28 de mayo con un Gobierno socialista liderado por Pepe Vélez, un presidente que sí se toma en serio y respeta a la ciudadanía de esta Región, escuchándola y trabajando para atender sus necesidades reales.

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