Salud y Rock and Roll

Educar en feminismo

Belen Unzurrunzaga

Belen Unzurrunzaga

Miro a mi sobrina Elena, tiene 11 años, veo el telediario esta semana y una terrible noticia me sacude: un grupo de menores a punta de cuchillo meten a una niña de 11 años al baño de un centro comercial y la violan en manada. La niña en shock sale a pedir ayuda y el guardia de seguridad no la cree. Si no somos conscientes de la gravedad de lo que está ocurriendo con las generaciones que vienen, tenemos un gravísimo problema.

Consumen porno, son más obsesivos y controladores, y lo peor, las manadas crecen. Pienso en Elena y si cuando no está con su familia, los que la queremos y respetamos, ¿cómo la tratarán? ¿Se encontrará en espacios seguros donde la respeten y la traten sin agresiones? ¿Habrá vivido alguna situación incómoda? Siento impotencia y rabia al ver cómo a la sociedad todavía le queda mucho para entender la importancia de educar en el feminismo.

En mi casa, mis abuelas, mi madre y mi padre nos han educado en el feminismo. Joaquina, mi abuela materna a la que esta semana le hacían un homenaje por ser una de las primeras mujeres en trabajar en Lorca allá por el año 1950. Un ejemplo de mujer fuerte, inquieta, independiente y a la vez dedicada y entregada a su familia, toda una mujer que como la campaña del Ayuntamiento de Lorca ha sacado con motivo del 8 de Marzo, ha dejado huella.

O mi madre, toda una vida trabajando en el hospital de la Arrixaca, mientras mi padre por motivos de salud no trabajaba y se encargaba de vestirnos, llevarnos al colegio, hacer la comida o la compra. Y tanto mi hermano como yo podemos ver en nuestra familia cómo la igualdad y el respeto han sido pilares en nuestra educación.

Es 12 de marzo y ya no queda rastro de feminismo. Las marcas han dejado de teñirse de color morado y de reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres. Durante la semana del 8M, la clase política se llenó la boca hablando de feminismo. Dan bastante vergüenza. Todo se tiñe de morado, aunque para algunos el color morado es símbolo de progresismo y ni eso respetan. De unos años a esta parte las reivindicaciones feministas se han convertido en pulsos políticos para demostrar quién es más feminista, y es bastante agotador. Porque mientras unos y otros pierden el tiempo dando declaraciones y haciendo el ridículo públicamente hablando de lo que creen que es el feminismo, en la calle nos siguen matando por ser mujeres, aumentan los casos de manadas cada vez a edades más tempranas y seguimos siendo una cuota en el mundo de la empresa. Es cierto que hemos avanzado en derechos y poco a poco sobre el movimiento feminista y sus reivindicaciones la sociedad entiende que son necesarios, pero seguimos muy atrás. Toda la sociedad debería ser feminista, sin peros, sin aclaraciones, sin ponerse de perfil. Todos deberíamos educar en feminismo cada día.

Año tras año las feministas se dividen, y esta vez con más fuerza debido a la transfobia. La mujer trans es tan mujer como yo, y punto. Basta ya de diferencias; en un mundo en el que la extrema derecha siga existiendo no podemos dividirnos más, el movimiento feminista debe ser fuerte y sin peros.

Y para movimiento feminista, el de las periodistas de Murcia, que el viernes pasado celebraron su quinto aniversario. Mujeres periodistas comprometidas, feministas y profesionales que reivindican la igualdad de oportunidades. Basta ya de señoros y de retrocesos en una Región con la segunda peor cifra por comunidad autónoma en violencia machista.

Me ilusiona que el 8 M sigamos saliendo a la calle, pero hoy es 12 de marzo y también debemos seguir saliendo a la calle mañana y pasado. Mi sobrina Elena y muchas mujeres nos necesitan. Por una sociedad feminista que cuide de nuestras niñas y mujeres. Ni un día sin educar en feminismo.

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