Dos veces breve
Fundamentalismo occidental
Pedro de Silva
Todas las religiones tienen un fondo laico o civil (higiénico, sexual, estamental) que explica su consistencia y, al menos en su contexto histórico, las legitima. Pero el absolutismo de las religiones aspira a eternizarlas también hacia atrás, erradicando anteriores legados religiosos, pretensión última de todos los que destruyen o colonizan monumentos del pasado. Occidente, cada vez más una religión que va rematando la construcción de unas verdades y una moral propia crecientemente estrictas, trata de rehacer a la medida de ellas el legado cultural, uniformándolo con sus normas. El ‘caso Roald Dahl’, tan de moda, es un claro síntoma: se pule la literatura del pasado para vestirla con el nuevo uniforme, bajo pretexto de evitar que nos lleguen sus pulgas. La diferencia con otros fundamentalismos (no menor, ciertamente) es que este viene suave y de momento tolera la disidencia.
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