El retrovisor

El Trigiro, un invento de aquí

Miguel López Guzmán

España, de pronto, se hizo se hizo más pequeña. Todo estaba mucho más al alcance de la mano. Con la llegada del Seat 600 viene la revelación del paisaje cercano a la ciudad, entrevisto apenas desde la ventanilla del tren o del autobús de línea. Las montañas, las playas próximas que siempre fueron horizonte inaccesible y desde entonces se convirtieron en sendero habitual de cada domingo… Existió como una obsesión de aire puro, de campo abierto, de huida de la ciudad que empieza a ponerse incómoda y rutinaria. Hubo que traducir una expresión foránea ‘weekend’ para explicar el éxodo que despobló las capitales de sábado a lunes.

Con el fin de la década de los cuarenta, España empieza a salir del lazareto en que fue confinada por la ONU. Una vez más, Rusia y la guerra fría favorecen la estabilidad del Régimen de Franco. En agosto de 1950 llegan por millones los dólares americanos y los Estados Unidos votan por vez primera a favor de España en la resolución con que la ONU anula su condena de 1946. El aislamiento había terminado; ya no éramos un peligro para la paz del mundo y los embajadores extranjeros volvieron a Madrid.

Fue entonces cuando los españoles dijimos adiós al gasógeno y al coche de San Fernando (unas veces a pie y otras andando). Las carreteras de España conocieron los llamativos engendros mecánicos que muy pocos tuvieron la suerte de disfrutar: Vespa, Lambretta, la moto Soriano y como modesto vehículo de cuatro ruedas hizo furor la aparición del Biscuter, aquel vehículo multifunción que carecía de marcha atrás en sus primeros modelos. Algo que supo aprovechar la inventiva del genial murciano Adrián Luis Viudes Romero al crear un prototipo denominado Trigiro, vehículo creado en las instalaciones de los talleres familiares del murciano barrio del Carmen, en El Rollo. Vehículo que se presentó en la Primera Feria de Muestras Provincial en 1952.

Un automóvil de tres ruedas que tenía la virtud de girar sobre sí mismo, dotado de un motor Hispano Villiers con capacidad para dos pasajeros. El prototipo quedó en eso, en mero prototipo, ante la aparición inminente del Seat 600. Las autoridades del momento, con el gobernador civil Alfin Delgado a la cabeza, pudieron admirar el vehículo murciano salido de la mano del mismo inventor de la mítica motocicleta Sadrián en la muestra celebrada en la gran vía de Alfonso X El Sabio.

Vehículos originales que hicieron soñar a los murcianos con escapadas a la costa o a las sierras cercanas, automóviles como la Isetta, el Gogomóvil o aquellos legendarios PTV descapotables, protagonistas finales de la inolvidable película Los Tramposos protagonizada por Tony Leblanc, Antonio Ozores, Conchita Velasco y Laurita Valenzuela que vieron colmadas sus quimeras gracias a la imaginaria agencia de publicidad Vilpa Exprés que les dotó con sendos PTV, renunciando a la ilusión contenida de poseer un ‘hayga’.

Sueños de los sufridos españoles de entonces, aquellos que supieron labrar un futuro que no es, ni más ni menos, que nuestro presente.

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