Salud y Rock and Roll

He recuperado la esperanza

Belen Unzurrunzaga

Belen Unzurrunzaga

Debo confesarles que había dejado de creer en el ser humano hace tiempo. Creo que muchas veces somos nuestro peor enemigo y la vida me ha demostrado que suelen ganar los malos, pero he recuperado la esperanza. 

Eran pasadas las once de la noche cuando hace varias semanas recibí un mensaje con la noticia de un niño llamado Martín enfermo de cáncer, con un tumor poco común. Se diagnostican entre veinte y treinta casos al año, con una esperanza de vida de un 1%. Su terrible caso se ha hecho viral por el grito desgarrado de su madre, Isabel, que pide más inversión pública en investigación para que casos como el de su hijo no se repitan. Y así comienza la historia que les voy a contar.

Tras recibir ese mensaje fue imposible decir que no a una aventura, montar un evento en tres semanas para recaudar fondos para la investigación del cáncer infantil junto a la familia de Martín y con un equipo de gente que nos ha dado hasta lo que no tenían. Igual que los niños de un colegio en Torre Pacheco como me contaba el abuelo de Martín, Ramón, esta tarde: venía con los ojos llorosos, al recoger un cheque por valor de 1000 euros de un colegio muy humilde. Familias que no lo tienen fácil para llegar a fin de mes, han conocido el caso de Martín y han colaborado. Aquí es donde una recupera la esperanza en la gente. 

Solidaridad, amor y esperanza son algunas de las palabras que estos días nos han acompañado, además de nervios, tensión y alguna que otra decepción, pero el sabor de boca que queda es que la sociedad cuando responde es invencible. Ojalá más veces todos y todas fuéramos capaces de unirnos como lo hemos hecho por Martín. Reivindicar a través de un evento benéfico a nuestros gobernantes que la inversión pública en investigación médica es necesaria y que estamos muy por debajo de la media europea, me ha reconciliado un poco con la vida. 

No he parado de pensar en Isabel, la madre, su rabia y su dolor. La impotencia de no poder hacer nada que le cure, pero a pesar de ello, grita. No podíamos dejarla sola en este grito. Ni Martín ni ella han estado solos, más de 5.000 personas les han acompañado en el día mundial de la lucha contra el cáncer. 

El ser humano es maravilloso. Como han sido las empresas que nos han ayudado a que se hiciera realidad este día. La lista es infinita, pero me van a permitir que le de las gracias a: Antonio de Fornet, Yayo de Estrella de Levante, Alberto de Compra la Entrada, Paco Nirvana, mis pies y mis manos. Ginés de Salzillo Seguridad, Jose Miguel, ingeniero eléctrico que apareció en el momento justo a la hora adecuada gracias a mi gran amigo Pascu. Tengo suerte de rodearme de gente que suma, que ayuda, que arrima el hombro. Como Esther, Enrique o Pedro, tres concejales a los que sólo puedo decir gracias. Y a Conchita, cuyo despacho no habría pisado en mi vida, si no es por ella: gracias, consejera, por la ayuda y cercanía. 

A los medios de comunicación, gracias por el cariño, sin vosotros nada de lo que estamos consiguiendo habría sido posible. 

Rafa, Martín, tú y yo más pronto que tarde veremos un partido de nuestro Atleti en el Metropolitano. Ha sido un placer acompañaros estos días. Gracias por dejarnos ser parte de «Un día por Martín», nunca lo olvidaremos ninguno de los que he enmos participado esto. Chicas Empi: Rocío, Lola, Rosa, María, Juan Tadeo, sin vosotras no estaría escribiendo esta columna ni habría aprendido todo lo que estas semanas me han enseñado. Cristina, gracias por el currazo que te has pegado y por decirme «me apunto» en cuanto te llamé. Rafa Silbato, es una gozada currar contigo. A las bandas, gracias por el rock n roll. Y a todos los que nos habéis acompañado en la Fica, lo hicimos con amor, disculpen cualquier error, mejoraremos para el siguiente. 

Pase lo que pase, el 4 de febrero de 2023 ha marcado un antes y un después para muchos de nosotros. Podré decir que estuve allí. Ahora sólo queda que nos escuchen y destinen más inversión a investigar. Por Martín y por los que vendrán. 

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