La balanza inmóvil

Ay, Europa

Joaquín Ángel de Domingo

Y yo que era de los que pensaban que los ingleses habían hecho muy bien en salirse de Europa. Por eso de conducir por la izquierda, no querer al euro, y ser más suyos que los chauvinistas franceses. Pero no, resulta que ahora, tres años después, están arrepentidos algunos de ellos, no todos, claro, faltaría más. Y no es porque se hayan sentido más europeos que antes, sino porque don dinero es un gran caballero, incluso para la Corona británica. Amigo, cuando nos tocan el bolsillo perdemos la ‘força al canut’, como dirían los valencianos.

Y eso mismo nos puede pasar a España. Nosotros, que somos muy disciplinados y si se nos dice fuera la peseta, damos la bienvenida al euro, aunque suponga una pérdida de más de un 66% de un día para otro. No solo lo aceptamos, sino que hasta damos palmas de alegría. Si hay que aplicar el derecho de la Unión Europea por encima y con prioridad sobre el derecho nacional español, nos adaptamos a lo que diga el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Diga lo que diga Europa nos parece bien, por las buenas o por las malas, porque si nos suprimen las subvenciones, entonces sí que la hemos pifiado.

Pero hete aquí que no todo en Europa es mandarnos dinero. Ahora quiere saber en qué se han invertido esos fondos, y dicen que para eso una comisión europea se va a presentar en España, a ver si el Gobierno se lo explica. A quién se le ocurre saber en qué se ha invertido el dinero que has dado. Esta Europa nos tiene manía. Por si fuera poco, tras criticar públicamente de forma constante, que es impresentable lo que está pasando con la renovación del Consejo General del Poder Judicial, que va camino de hacerse endémico (como la propia lentitud de la Justicia), y criticar que se nombren a exministros para el Tribunal Constitucional, ahora se le ocurre pedir explicaciones sobre las últimas reformas legislativas llevadas a cabo. Tras la supresión del delito de sedición para convertirlo en desórdenes públicos, como el que grita por la calle perturbando la paz social, y la rebaja de penas y la puesta de libertad de violadores por no corregir a tiempo los preceptos de una ley, se une también la modificación de delitos que afectan a la corrupción, como es la malversación de fondos públicos.

Y entonces Europa dice: vamos a analizar si esto está de acuerdo con la normativa europea y si supone un riesgo para los intereses financieros europeos. Te digo yo que no nos deja en paz y quiere que le demos explicaciones de todas estas reformas ‘ad hoc’ como un derecho penal de autor. Y todo eso quiere que sea antes de que España presida esta Unión, dentro exactamente de 147 días. Dicen los mentideros que corren por Bruselas que se está preparando por parte de la Comisión Europea un paquete anticorrupción de aquí al verano que no va a estar muy concorde con la rebaja de penas realizada en España para la malversación. Simplemente porque puede poner en peligro los fondos comunitarios, de los que España es la segunda beneficiaria, y ello aunque no exista un lucro personal.

Dicho de otra manera, mientras España rebaja las penas por los delitos de corrupción, Europa va en dirección contraria, según ha dicho el comisario de Justicia de la UE, Didier Reynders, en la Eurocámara. No somos nosotros, sino ellos los que llevan el paso cambiado en este desfile de derechos y obligaciones penales. Dice la Comisión: «Vamos a hacer un seguimiento muy de cerca sobre la situación del Estado de Derecho en España, y tendremos que evaluar el grado de cumplimiento de las recomendaciones del informe del año 2022, entre ellos la renovación urgente del CGPJ». Respecto a esto último ya se lo digo yo: no le han hecho nada de caso.

Lo dicho, nos tienen manía porque aquí se vive mejor que en cualquier otro país de esa Unión Europea, se come mejor y nos divertimos más.

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