El desliz

En efectivo o en tarjeta

José María de Loma

José María de Loma

Los supermercados no solo han elevado los precios. También el ruido político. Antes iba uno buscando las ofertas y ahora hay que emplearse a fondo para encontrar los precios normales. España es uno de los países con menos inflación de Europa pero los precios han crecido como si la inflación fuera galopante.

Galopante es el adjetivo ideal de la inflación. Se casó con ella y no hay quien los separes. Claro que no vas a decir inflación ideal o inflación vespertina ni inflación cejijunta. Si acaso, inflación contenida. Nos están quitando del jamón york luego de subirnos la leche y no la moral. Con todo, la solución no es ponerse a insultar a los empresarios del sector, dado que eso no baja los precios, sube la tensión. Pagan justos por vendedores.

Las grandes superficies han aumentado su margen de beneficios y ya incluso en los súper proverbialmente baratos puedes tener esa horrible sensación, solo comparable al dolor de muelas, que te hace exclamar: me he gastado cuarenta euros y no llevo de ná. Entre lo que una minoría de empresarios intenta, beneficios millonarios a costa de las necesidades básicas de la mayoría de la gente, y los que proponen poco menos que colectivizar los supermercados, está el término medio: que comprar el pan no se convierta en un asunto con mucha miga. Decía un viejo periodista que hay que comer muchos langostinos para llevar los garbanzos a casa, pero ahora ya nadie invita a almorzar y si lo hacen son capaces de darte y un mitin y encima pedir el menú del día. Ir al supermercado puede ser una ocupación de riesgo y lo sensato ahora es ir a varios. Pierdes más tiempo pero menos dinero.

Hay que buscar y comparar pero algunos pagamos el impuesto de la pereza y aunque nos la den con queso seguimos comprando el roquefort en el mismo establecimiento. El ahorrar se va a acabar si bien esto ha sido dicho en todas las épocas. El arroz con leche se ha puesto por las nubes pero en los restaurantes que dan buen arroz es imposible encontrar mesa. La inflación se ha instalado en nuestras vidas y se está comiendo nuestros yogures.

Urgen soluciones. En efectivo o con tarjeta.

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