Carta de un expresidente

José Luis Mendoza

El presidente y fundador de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), José Luis Mendoza

El presidente y fundador de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), José Luis Mendoza / UCAM

Alberto Garre

Alberto Garre

La mentira es la afirmación que una persona hace consciente de que no es verdad. Si hablamos de medias verdades estaremos ante declaraciones engañosas que incluyen algún elemento de verdad. La verdad es la conformidad entre lo que una persona manifiesta y lo que ha experimentado, piensa o siente.

Filosóficamente la realidad es la conformidad entre lo que se dice, lo que se piensa y en lo que se cree, es la verdad como auténtico valor ético que se erige como el más firme elemento respetuoso entre las relaciones humanas en cualquier ámbito.

La esencia de la verdad radica, pues, entre lo que se dice o piensa y lo que se hace, y a esta forma de actuar llamamos coherencia, virtud humana sobre la que se construyen las relaciones de confianza: la familia, los poderes políticos, sociales o económicos.

Sería injusto por mi parte no admitir que entre los encuentros que tuve con José Luis Mendoza (q.e.p.d.), hubo ocasiones en las que no compartíamos los puntos de vista sobre un determinado asunto. Hecha esta afirmación, tampoco puedo dejar de confesar que siempre tuve la certeza de que estaba frente a quien creía firmemente lo que expresaba, que no mentía y que me hallaba ante una persona sumamente íntegra, con carácter.

Si combinamos el valor ético de la verdad con el carácter, estaremos ante las peculiaridades que definen a una persona íntegra, capaz de respetar a los demás, pero sin dejar de hacerse respetar. Ese era José Luis Mendoza.

Cuando se carece de esa firmeza nos podemos encontrar con individuos de débil carácter, incapaces de mantener sus ideas, aceptando aquello en lo que no creen, auténticos hipócritas que actúan como verdaderos fariseos pudiendonos llevar a la confusión. Ese no fue Jose Luis Mendoza.

Su personalidad, sus virtudes y carácter, estaban fecundados, además, de interminables experiencias vividas por nuestro personaje que ponen de relieve rasgos y cualidades que le diferenciaban.

Su matrimonio fue tan fructuoso como fértil su labor empresarial. De triunfo en triunfo hasta catorce hijos, con su esposa, María Dolores García; facultades, grados, doctorados y másteres, más de 22.000 alumnos y un medallero con 165 trofeos en los últimos Campeonatos Españoles Universitarios, ponen de relieve una capacidad de creatividad, inteligencia, perseverancia, prudencia y liderazgo que es de justicia reconocerle al frente de la UCAM.

No cabe duda de que los demonios existen, así lo admite la Iglesia católica, y José Luis los tenía, pero los combatía sin miedo porque la libertad religiosa es un derecho fundamental a elegir libremente su religión, como los padres tienen el suyo para elegir la educación de sus hijos. Con esos principios y valores, con criterio definido, carácter irreductible y fe cristiana, difícilmente podía fracasar y, ahora, cuando nos deja, no va solo, tres papas guían sus pasos.

El papa Francisco, Benedicto XVI y Juan Pablo II iluminaron tu camino, ayer en la tierra, hoy los dos segundos te esperan en el cielo. Así cualquiera, José Luis, con tu curriculum y con esos guías, San Pedro te abrirá personalmente las puertas de la gloria.

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