Pulso Político

Sánchez desprecia el clamor de toda una región

Jesús Cano

El miércoles vivimos en Madrid una jornada histórica. La sociedad de la Región de Murcia y todo el Levante español, que lucha por su supervivencia y no se resigna a rendirse ante los injustos ataques del Gobierno de Sánchez, se movilizó de forma masiva para dejar un mensaje claro y rotundo: el Trasvase Tajo-Segura no se toca. Un grito de auxilio que se ha convertido en clamor, pero del que Pedro Sánchez, el presidente más autoritario y radical de la democracia, ha hecho una vez más oídos sordos.

La multitudinaria manifestación en defensa del Tajo-Segura ha mostrado el más terminante rechazo de toda una sociedad a una decisión estrictamente política, partidista y sectaria: la de recortar el Trasvase, sin el aval de un solo informe científico o técnico que señale beneficio ecológico alguno para el río Tajo. 

Porque, frente a las mentiras de la ministra Ribera, cuya única salida digna que le queda es la de dimitir, cabe señalar que las sentencias del Tribunal Constitucional no especifican los caudales ecológicos a aplicar al Tajo. Y que resulta muy significativo, además de sangrante, que todos los planes de cuenca se hayan flexibilizado excepto el que afecta a la Región de Murcia.

El Partido Popular, con el presidente Fernando López Miras a la cabeza, siempre ha defendido el Trasvase Tajo-Segura y el agua para todos junto a nuestros regantes, agricultores y toda la sociedad civil de la Región, y en esta ocasión tampoco hemos faltado. 

Nuestro presidente, que también respaldó con su presencia una concentración de los regantes en la puerta del Ministerio de un Gobierno del PP, ha tenido la valentía de plantarle cara a Pedro Sánchez. 

Otros, como el secretario general de los socialistas de la Región, José Vélez, se asustan, bajan la cabeza y claudican. Por excusarse en motivos de lealtad a Pedro Sánchez, ha sido desleal con los ciudadanos de la Región, a los que ha dejado literalmente en la estacada. ¿Puede un señor que es incapaz de defender los intereses de los ciudadanos a los que representa aspirar a presidir el Gobierno regional?

El incremento sin base científica de los caudales ecológicos recogidos en el Plan Hidrológico del Tajo no es sino la plasmación del anuncio que realizó Pedro Sánchez en abril de 2018 en Albacete, cuando prometió que cerraría el Trasvase. 

Porque hay que dejar claro que el ideólogo e impulsor de la clausura del acueducto no es otro que Pedro Sánchez, y por tanto es él el primero que debería asumir responsabilidades. 

La ministra, fanática de un ecologismo mal entendido, ejerce tan solo de brazo ejecutor. Además, su coartada de defensa del medio ambiente para justificar sus recortes al Trasvase no se sostiene. 

¿Puede haber algo más demoledor para la preservación del medio ambiente que la desertificación que va a provocar el cierre del Tajo-Segura? ¿O peor revés en la lucha contra el cambio climático que perder un Trasvase que riega 55 millones de árboles? No es ecologismo: es cerrazón y sectarismo.

Las consecuencias económicas y sociales de un recorte del Tajo-Segura son impredecibles e incalculables, y no solo en la agricultura, sino en todo el tejido productivo y social. El 70% de las frutas y hortalizas que exporta España están regadas por el Tajo-Segura, y además la Región de Murcia alberga la mayor flota de camiones frigoríficos de Europa, por lo que son muchos los sectores económicos que se verían especialmente afectados. 

Los cálculos de esas repercusiones estiman que, en un primer año, más de 25.000 puestos de trabajo directos y 100.000 indirectos desaparecerían, y hasta 2027 tendríamos más de 5.000 millones de euros de pérdida en el PIB de todo el Levante español, y por tanto de toda España.

El recorte afectará además a todas las familias del Levante español, porque el Trasvase lleva agua a los hogares de 2,5 millones de personas. El agua va a convertirse en un producto de lujo, porque va a ser mucho más cara y escasa. Otra de las consecuencias va a ser el aumento de los precios de los alimentos, porque si España prescinde de las frutas y hortalizas que riega el Trasvase, habrá menos disponibles y será más caro producirlos. ¿Va a garantizar de esta manera el Gobierno de Sánchez la soberanía alimentaria?

El problema no es que en España no haya agua suficiente, sino que está mal repartida y no llega a todos en las mismas condiciones. De su justa distribución debería encargarse el Gobierno de España, que es el competente en la materia, pero Pedro Sánchez prefiere fomentar el enfrentamiento entre territorios para pescar electoralmente en río revuelto. El presidente López Miras lleva dos años pidiéndole a Sánchez abordar juntos un problema que afecta a toda España, pero ha recibido siempre la callada por respuesta.

No nos vamos a rendir. Vamos a seguir levantando nuestra voz para que concienciar a todos sobre un problema que no es exclusivo de la Región de Murcia y del Levante, sino que afecta a toda España. 

Seguiremos utilizando todas las herramientas políticas, sociales, administrativas y jurídicas que estén a nuestro alcance para evitar esta tropelía. Continuaremos luchando por la infraestructura más solidaria y que más ha aportado social y económicamente a España en los últimos 44 años.

Suscríbete para seguir leyendo