Pulso Político

Desmantelamiento de la sanidad pública regional

Marisol Sánchez

Los problemas que están afectando a la sanidad pública regional no son un caso aislado. Tampoco surgen de la pandemia o la gripe. El problema es el nulo interés del Partido Popular en los servicios públicos esenciales y eso, tras 28 años de gobierno tiene sus nefastas consecuencias que sufre la ciudadanía de la Región. Y es que el PP entiende el servicio sanitario, no como un derecho fundamental, sino como un modelo de negocio con el que enriquecerse gracias al dinero público.  

Para entender el problema de la sanidad pública solo hay que saber que las competencias exclusivas las tiene la Comunidad Autónoma. La Región de Murcia es una de las comunidades que menos invierte en sanidad por habitante y, evidentemente, eso se traduce en unas listas de espera alarmantes, así como en un peor trato a sus profesionales, con sueldos precarios y una inestabilidad laboral que les empuja a huir de su tierra para trabajar en otras ciudades donde las condiciones son infinitamente mejores.

Hablando de competencias, fue en el año 2001 cuando el Gobierno regional del PP negoció las transferencias de sanidad a la Comunidad Autónoma. En 2006 conocimos por primera vez las cifras oficiales de listas de espera separadas por consultas, pruebas e intervenciones. 

Entonces, el PP informó de una lista de espera para pruebas diagnósticas de 14.508 personas con 40 días de espera de media, 28.596 personas en consultas, con 21 días y 6.390 personas para intervención quirúrgica con 80 días de espera de media. Ya empezaron a notarse los efectos de la sanidad del Partido Popular.

Justo antes del estallido de la pandemia, en marzo de 2020 y, como consecuencia de los sucesivos recortes del PP, entre los que podemos destacar la mayor reducción de plantillas de nuestra historia reciente, el Gobierno de López Miras ya había conseguido aumentar de forma alarmante las listas de espera pasando a 39.987 personas en espera para pruebas diagnósticas, 79.664 en espera para consulta con el especialista y 23.988 en espera para intervención quirúrgica. Cifras que casi triplican todos los datos publicados en junio de 2006. 

Por tanto, sin covid y sin Pedro Sánchez, a los que el PP culpa de todos sus males, el Gobierno del Partido Popular de la Región de Murcia ya había conseguido destrozar nuestra sanidad pública y abocar a la ciudadanía a unas listas de espera que están costando vidas. 

Seguimos esperando desde hace más de medio año a que el Gobierno regional publique los datos oficiales de listas de espera y las últimas cifras publicadas en junio de 2022 son realmente escalofriantes. Hablamos de cifras que sobrepasan los tiempos máximos establecidos por ley para esperas sanitarias, cifras falseadas bajo la columna de aquellos a los que ni tan siquiera dan cita. 

Ante esta situación, la ciudadanía de la Región se ve abocada a las puertas de urgencias de los hospitales que, saturados, se ven obligados a hacinar pacientes en camillas que obstaculizan pasillos. Cifras que avergonzarían a cualquiera. 

Pero al PP de López Miras no solo no le avergüenzan, sino que las ignoran y, por eso, sigue fomentando políticas fiscales que benefician a unos pocos, a los que más tienen, mientras sigue desmantelando los servicios públicos.

Al albur de los datos, le tengo que decir a López Miras que deje de intentar hacernos comulgar con ruedas de molino porque no, ni ha sido Sánchez, ni ha sido el COVID, son las políticas del PP las que están destrozando la sanidad pública en la Región de Murcia.

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