La balanza inmóvil

Invierno caliente

Se presenta un invierno calentito. El cambio climático está impidiendo que nieve en Murcia, y al parecer en otros sitios donde sí lo suele hacer. Será por eso, o quizás porque están pendientes tantos asuntos judiciales, que el inicio de este año está siendo más cálido que lo habitual. Si a eso se le adiciona que durante el mismo van a haber elecciones municipales y generales, el ambiente político está que arde.

Pero centrémonos en los judicial. Los magistrados del Tribunal Constitucional ya están en sus puestos, dispuestos a resolver todas las cuestiones que unos y otros planteen, con la celeridad que requiera cada caso concreto. Rápido si el legislativo va a cometer una irregularidad parándola, y muy lento si la cosa no corre prisa. Desde la ley del aborto hasta el referéndum catalán, pasando por el cambio de sexo, todo cabe.

Pero lo más urgente es, y esto afecta a los partidos políticos, que se pongan de acuerdo para poner fin al vergonzante retraso en la designación de los vocales del Consejo General del Poder Judicial. El PP retoma la propuesta del líder extinto del casi desparecido también partido de Ciudadanos, señor Rivera, cuando propuso, sin éxito, por cierto, una reforma en el sistema de elección de esos vocales. En consonancia con esa idea, presentó el PP el pasado día 3 una proposición de ley con la finalidad de modificar la Ley Orgánica del Poder Judicial, y entre otras cuestiones reformar el sistema de elección de los vocales del Consejo. La propuesta consiste en que sean elegidos mediante voto directo de los jueces y magistrados en servicio activo conforme a las siguientes reglas: para ser candidato es necesario presentar veinticinco avales o el aval de una asociación judicial; la circunscripción es única, las listas son abiertas y cada elector marcará con su voto un máximo de seis candidatos, y serán elegidos los doce candidatos que obtengan mayor número de votos, siempre con respeto a las distintas categorías. Finalmente, un posterior reglamento garantizará la proporcionalidad en la representación de miembros asociados y los que no lo están, así como el equilibrio presencial entre hombres y mujeres.

Ante esta propuesta del PP, el PSOE, como era de esperar, dice que ni hablar, que primero se renueve el CGPJ y después se estudiará esta reforma. Lo cual veo totalmente lógico: primero, cumplir la ley y después si hay que reformarla se reforma. Pero, por otro lado, el PP dice que no se fía de Sánchez, y que es capaz aunque diga ahora que va a reformar la ley, que después no la reforme, lo que también veo muy lógico. En fin, que entre lógicas se queda el Consejo sin renovar, y va para cinco años. Ni los más viejos de la localidad han visto algo semejante. Superior incluso que un Papa entierre a otro Papa.

Por su fuera poco el PP denunciará, dice, ante Europa las reformas judiciales del Gobierno. Lo cual afectará sin duda al informe sobre el Estado de Derecho que la Unión Europea publicará en julio sobre España, coincidiendo con la presidencia española de esa Unión. No sé si la finalidad de esas denuncias será meramente electoral, o para que Europa reproche a España su forma de actuar en asuntos judiciales, y sobre todo en la falta de renovación del CGPJ y por la lucha vivida recientemente entre partidos para la renovación del Constitucional

Si a todo ello se le añade que ya no existe delito de sedición y el de malversación se ha rebajado, la cosa se pone aún más caliente en Europa. Y hablando de rebajar penas, cuanto más tiempo se tarde en reformar la ley del ‘solo sí es sí’, más violadores serán puestos en libertad o verán rebajadas sus condenas. Esto ya no tiene marcha atrás, después de lo que ha sentenciado el Tribunal Supremo. Por lo que si está claro que se trata de un mero error subsanable, cuanto antes se haga, mejor.

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