Las fuerzas del mal

Epifanía

Enrique Olcina

Enrique Olcina

Las elecciones son como la carta a los Reyes Magos. Depositamos nuestro voto como deseo de lo que queremos que nos gobierne pero el resultado final, el regalo que nos dan las urnas, no es solo nuestro deseo, sino el colectivo expresado en conteo de votos. Hasta ahora no hemos encontrado mejor sistema imperfecto y lo vamos mejorando según funciona, como los muebles modulares. Los otros sistemas, los perfectos, los que no necesitan ninguna mejora, suelen terminar en dictaduras, como el aparador del abuelo, que será de roble y hermosísimo pero no cabe en el piso y se pega con el resto de la decoración. Por eso el veredicto de las urnas es inapelable, porque no hay otro recurso salvo el de la queja, que además queda mal, pero no peor que el de interpretar una tunda en las urnas como resultado positivo, que carbón es, aunque sea dulce.

La encuesta de este periódico pronostica un chasco para quienes pensamos que después de 25 años de Gobierno popular, ir más hacia la derecha no es la solución, pero parece que la mayoría de las personas con la que nos tomamos el café por la mañana no piensan lo mismo. Va a ser una epifanía en toda la cresta para quienes todavía cortejan el famoso voto de Cs. Una epifanía es una manifestación, aparición o revelación. La verdad es que este año 2023 deberíamos tener bastantes epifanías a las que es sencillo llegar si se aplica un proceso lógico básico. El de la encuesta nos dice lo que le decía a Dante la entrada a los infiernos «Abandona toda esperanza», a falta de saber si a la izquierda del PSOE irán peleados, como siempre, o unidos como nunca, el Gandalf que aparece al amanecer del quinto día con los rohirrim cabalgando tras de él y sonando la fanfarria de Guillermo Tell, que para quien no la conozca es la de El Llanero Solitario.

Sin embargo, hay otras epifanías a la vuelta de la esquina. Aquel que considere que la Sanidad en su área funciona mal, por ejemplo los votantes del área III de Salud de Lorca, Águilas, Totana o Puerto Lumbreras, y sin embargo van a votar a la derecha, se van a llevar una epifanía, y de las gordas, porque va a ser más de lo mismo una vez pasen las elecciones. Que sí, que perrosanxe y se rompe España, pero esos votos que deciden el servicio de salud en la Comunidad Autónoma, como deciden los recursos destinados a la educación pública y otros tantos servicios que dependen de ese voto se van a decidir en esas urnas, las autonómicas, y lo demás será incienso, o si prefieren, humo.

Lo que nos quedará, entonces es usar el oro, el dinero, quien lo tenga, en completar lo que ya pagamos por impuestos a la Comunidad Autónoma y esta deja de invertir directamente en nosotros para ponerlo en manos de servicios privados que gestionan ese dinero en forma de convenios varios, en salud, educación, etc. Y para todo lo demás, mirra.

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