Especial

Inundaciones en edificios ribereños, otro daño colateral de la ineficaz recuperación del Mar Menor

La nueva tipología de los episodios de lluvia en la cuenca vertiente y la prohibición del bombeo ha supuesto la aparición de un problema desconocido hasta ahora

Estación depuradora

Estación depuradora

Pedro Fernández Molina

El grupo de más de 270 ingenieros técnicos agrícolas y agrónomos, bajo la marca de AgroIngenieros por el Mar Menor, pusimos sobre la mesa el factor clave del saneamiento y depuración de aguas residuales sobre la degradación del Mar Menor. Los datos, y no las opiniones, lo confirman, al igual que en la mayoría de lagunas costeras afectadas por la acción del hombre. El objetivo no es el de culpabilizar o dejar de señalar al sector agrario, sino poner encima de la mesa una variable que requiere un plan de actuaciones concreto para mejorar de forma perdurable la calidad del Mar Menor

Desde nuestro colectivo hemos venido repitiendo hasta la saciedad la posibilidad de hacer coexistente las distintas actividades económicas de la cuenca con el buen estado del Mar Menor. Para ello, se precisa compromiso por parte de todas ellas y hechos medibles de que sus actuaciones se encaminan a minimizar el impacto sobre el entorno

¿Prohibir o compatibilizar?

¿Prohibir? Eso es lo sencillo y lo que se ha venido haciendo, de forma directa o encubierta (no se expropia el suelo, sino el uso para no pagar), con el uso del BOE (Boletín Oficial del Estado) y/o el BORM (Boletín Oficial de la Región de Murcia). ¿Compatibilizar? Esto exige trabajo, conocimiento, ciencia aplicada, técnica, coordinación y voluntad de interés general. ¿Estamos dispuestos? Estos siete años pasados nos indican que este ha de ser un camino a explorar.

Aplicar medidas aisladas por parte de una y otra Administración sin coherencia está llevando a que unas sean contradictorias con otras. Es imprescindible un plan, una estrategia, y sobre ella vertebrar un paquete de actuaciones complementarias y ordenadas

La nueva tipología de los episodios de lluvia en la cuenca vertiente y la prohibición del bombeo ha supuesto la aparición de un problema desconocido hasta ahora en el urbanismo de los municipios ribereños

Nuestra propuesta de trabajo pasa por una actuación clave y sobre la cual convergen el resto de medidas: Manejo Integrado de Recursos Hídricos bajo criterios agronómicos, hidrogeológicos y ecológicos (MIRHI). Se trata de activar el bombeo ordenado y legal de una batería de pozos estratégicamente situados (ya están instalados) y proceder a rebajar el nivel piezométrico del acuífero cuaternario hasta unos niveles que determinen hidrogeólogos y ecólogos. El agua extraída se mezclaría con criterios agronómicos con el resto de recursos disponibles y retornaría al sistema. Las cantidades, proporciones y calidades están medidas y definidas. Sólo se precisa de la autorización correspondiente.

El agua mezcla, además de la que los usuarios recogen del agua de lluvia a través de invernaderos, es analizada por todos los agricultores, y a través de la aplicación informática, de uso obligado, como es la calculadora de nitrógeno, el nitrógeno contenido es retraído de la compra de fertilizantes reduciendo la entrada de insumos.

Los retornos del riego serán menos concentrados que la concentración actual del nutriente en el acuífero, y por tanto, la calidad ambiental del mismo mejorará, a pesar de la fuerte inercia de la masa subterránea.

Cultivos de regadío en el entorno del Mar Menor

Cultivos de regadío en el entorno del Mar Menor / Iván J. Urquízar

Esta medida no es nueva, ya la está aplicando el órgano de cuenca (CHS) con la autorización para extracción de agua del acuífero cuaternario. ¿Qué se hace con el agua? ¿Se manda a una desnitrificadora y desalobradora que no existen? No. Se mezcla con el resto de recursos hídricos disponibles. ¿Coste para el erario público? Cero euros. Esta estrategia es aplicar principios de economía circular

Deprimir el acuífero no sólo aísla todas las presiones de la cuenca vertiente del Mar Menor, independientemente de la actividad que las genere, sino que ofrece a las distintas Administraciones tiempo para ejecutar todas las obras basadas en la mejora de la red de saneamiento (sólo se han reparado 12 de 1.200 km desde el año 2016), conectar a la red urbanizaciones y núcleos urbanos con pozos ciegos y redimensionar las depuradoras ribereñas, cuyo impacto en la laguna ha quedado constatado por el vertido de amonio, fosfatos y materia orgánica, elementos clave en el crecimiento de fitoplancton. Además, se acabaría con los problemas de inundaciones de una gran cantidad de sótanos de edificios costeros y cuyo vertido a las depuradoras está generando enormes problemas de salinidad.

Por coherencia, poner esta medida en marcha afectaría a muchas actuaciones en proyecto o ya iniciadas, como por ejemplo el Sistema Integrado de Desnitrificación y Renaturalización propuesto por el MITERD con un coste de casi 73 millones de euros, cuyo mantenimiento corresponde a las distintas Administraciones con el riesgo que ello supone a lo largo del tiempo; y al proyecto constructivo de balsas de desnitrificación mediante biorrectores en el cuenca vertiente del Mar Menor, con un coste superior a los 5 millones de euros y cuya finalidad carecería de sentido al no existir agua a tratar por la rambla del Albujón.

¿Cuál será el siguiente daño colateral? 

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