DOS VECES BREVE

Gol providencial

Pedro de Silva

El Catecismo del Padre Astete incluía las muertes repentinas entre las gracias actuales, al recordarnos lo eventual de nuestra existencia. Se refería, claro, a la muerte repentina de alguien cercano, no a la de uno. En el Mundial la muerte repentina de Alemania ha ido de la mano del peligro de muerte igual de inesperada de nuestra Selección. Tras el impacto súbito, nos hemos puesto todos a darle vueltas al balón, discutiendo los siete milímetros que pudieran mantenerlo dentro del campo de España en el segundo gol de Japón, aunque dependiendo siempre del punto de vista. A la vez, la legión de enemigos que se ha fabricado a conciencia Luis Enrique ha cogido ya pico y pala para cavar la fosa. La católica España haría mejor en seguir al Padre Astete y ver ese gol como una gracia actual que ha evitado que nos vengamos arriba antes de tiempo y rearmado nuestra voluntad de salvación.

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