Dos veces breve

Hay partido

Pedro de Silva

Igual que la campaña navideña se ha anticipado a noviembre, las electorales lo hacen al proceso de designación de candidatos de los partidos con opción de gobierno. Es algo que todavía interesa a mucha gente y conviene que así sea, pues resulta crucial para el funcionamiento de la democracia, igual que cuando «hay partido» se fortalece la afición al fútbol. En la política la afición ha venido tan a menos que la gente se refugia muchas veces en el voto al menos malo e incluso en lo que en Francia llaman «el voto con la nariz tapada». Devolver unos mínimos de ilusión e interés al elector exige que haya cierto poderío en los candidatos (al nivel que sea), argumentarios que vayan de veras a los problemas, juego duro pero limpio y alguna voluntad didáctica, pues una campaña tanto puede hacer afición como espantarla. Incluso antes de comenzar, cuando un partido promete la afición crece.

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