Con gran expectación va a vivir Murcia la confección y aprobación de los presupuestos tanto del Estado como los de la Comunidad Autónoma. Encima de la mesa, importantes iniciativas que necesitan dinero más allá de las cuentas municipales del Ayuntamiento capitalino, que no pasa por su mejor momento desde el punto de visto contable, acuciado también por la subida de las materias primas y de los combustibles en versión IPC, que le rebañará como cada año un buen puñado de millones para destinarlo a gastos de los servicios que tiene externalizados.
La subida del Índice de Precios al Consumo no es una buena noticia para la Administración local, que debe actualizar los contratos en virtud de la cifra resultante del aumento de la cesta de la compra, un lastre que cuenta, y mucho, en cada presupuesto del Ayuntamiento. El Gobierno local debe empezar ya a redactar sus cuentas de 2023 y, debido a esta circunstancia y a otras, necesitará del apoyo del Estado y de la Comunidad para cofinanciar importantes proyectos.
Unos proyectos que llevan años de parálisis y de dilación y que, los principales actores de la política municipal (PP y PSOE), han llegado a la misma conclusión: es necesario abordarlos, aunque siguen utilizándolos como arma política sin tener ninguna visión de futuro que garantice que en un corto o largo espacio temporal vayan a resolverse. Uno de ellos es la prolongación del tranvía hacia el barrio del Carmen y la Arrixaca, una idea que los populares han abrazado como demuestra la moción que presentaron en el pleno pasado en la que pidieron entre otras cosas dinero al Estado para este medio de transporte de masas.
Quieren que el Gobierno central trate a la capital como lo ha hecho con Sevilla y Mallorca, a las que ha regado con unos veinte millones por cabeza para metro y tranvía, una propuesta que curiosamente también comparte el alcalde Serrano, que asegura que el Estado enviará hasta veinticinco millones para esa obra (son necesarios sesenta millones y otros veinte para comprar las máquinas), y Podemos, cuya candidata a la alcaldía ha dicho que presentarán en ese sentido una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado. Con tanta coincidencia de ideas, qué puede salir mal.
Dicen los del PP que el Estado maltrata a la capital de la Región, una certeza aplicable también para los gobierno populares de estos lares (la Comunidad Autónoma) que han sisado a la capital unos ocho millones de euros en transporte público, financiación necesaria para la nueva contrata de autobuses. Qué frágil es el argumento del maltrato y qué poco resiste la revisión de promesas de Gobiernos del PP, que siempre se quejan cuando gobiernan los socialistas en Madrid. Y al revés, qué poco se quejan los socialistas cuando gobiernan los suyos en la capital del Reino.
Los proyectos reivindicados en esa moción popular llevan años en la casilla de salida, desde el tranvía (fue el alcalde Cámara el que lo propuso por primera vez) hasta los colectores de la zona norte y la recuperación del Castillo de Monteagudo. Un bucle continuo agravado por la sumisión de unos y otros con sus jefes de Madrid y de San Esteban. Y sin que se les mueva una pestaña a ambos cuando hablan de lo que les importa la capital de la Región. ¿Habrá alguien que defienda a Murcia en ambos escenarios? Obras son amores y no buenas razones, dice el refrán.
Por nadie pase.