La Opinión de Murcia

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Pascual Vera

Tribuna

Pascual Vera

De cuando Rabal llegó al cine Rex

Imagen de la presentación de ‘La guerra de Dios’ en el Rex. L. O.

Mañana se cumplen exactamente 69 años desde que se tomó esta instantánea. El 3 de noviembre de 1953 Murcia vivía un gran acontecimiento cinematográfico. Y lo hacía en el cine Rex. Nuestro paisano Paco Rabal y el director Rafael Gil presentaban la película La guerra de Dios en un local abarrotado, con el empresario José Iniesta, propietario del Circuito Iniesta, ejerciendo de maestro de ceremonias. 

La guerra de Dios había cosechado un gran éxito en el festival de Venecia y había valido a nuestro paisano Rabal el premio de la Oficina Católica Internacional del Cine, así como la concha de Plata en la primera edición del festival de cine de San Sebastián y el mismo premio para su director, Rafael Gil. Y nuestro paisano ganó con ella el premio al mejor actor del Círculo de Escritores Cinematográficos. 

Ambos se encontraban en la cúspide de sus carreras. El director, gracias a títulos como La pródiga, La fe o La calle sin sol. Rabal acababa de finalizar el rodaje de Hay un camino a la derecha y los medios lo saludaban como el galán de mayor popularidad del cine español.

Los medios regionales daban cuenta de que la película, que había ganado en el festival de Venecia el León de Bronce a la mejor película, así como el premio OCIC (Oficina Católica Internacional de Cine), que la convertía en especialmente recomendable para la iglesia española. Los medios se habían apresurado a remarcar que la película contaba con el beneplácito del obispo de la Diócesis, y que la empresa Iniesta había invitado expresamente a «las autoridades eclesiásticas, sacerdotes y órdenes religiosas».

Rafael Gil aprovechó que en ese momento se encontraba en nuestra región, rodando El beso de Judas en Águilas y Lorca, donde rodó una escena de una cacería en la que intervinieron más de mil vecinos de la ciudad del sol, para acudir acompañado con Paco Rabal al cine Rex.

La noche del día 3, el actor hizo las delicias del público que abarrotaba el cine para presenciar el estreno del film, recitando el prólogo de Segismundo en La vida es sueño, de Calderón de la Barca, y permitiéndose una imitación deportiva que provocó las carcajadas de los espectadores. 

Rabal, que encarnaba en el film a un joven sacerdote destinado un pueblo minero, comentó a los murcianos presentes en el estreno lo mucho que le emocionaba estar con ellos precisamente en la proyección de la que era –había intervenido hasta entonces en once películas- su interpretación favorita y un film que le suscitaba muchos recuerdos por la proximidad con su familia, ya que su padre y abuelo habían sido mineros en el paraje aguileño de Cuesta de Gos. «Durante el rodaje era imposible no retraerme a aquellos momentos de mi infancia que viví en mis primeros años con mi familia», comentó.

La foto, realizada en el inolvidable vestíbulo, -que ojalá perviva muchos años más-, de un cine Rex que había estrenado nombre tan solo ocho años antes, reunía a Paco Rabal (tercero por la derecha), pudiendo verse a continuación y en este orden, a José Iniesta hijo y al padre, Otto García Velasco, Toñele y el productor Alfredo Fraile. Tras todos ellos se puede contemplar un cartel de la película Faldas a bordo, estrenada un año antes en España, interpretada por Esther Williams.

Quién sabe si, momentos más tarde de aquella instantánea, los espectadores concentrados en nuestro cine Rex sintieron aquel inefable placer del que hablaba Guillermo Cabrera Infante tras haber contemplado aquellas lápidas marrones de las butacas, testigos de tantas historias y tras apagarse las tímidas luces de la sala se imbuyeron en la pantalla, atravesada por un haz de luz, para sumergirse en aquel diario milagro de cine y exclamar, como exclamaba Cabrera Infante en aquella época: «¡Esto es vida!».

Por esta y muchas razones, el cine Rex debe continuar entre nosotros. 

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