La Opinión de Murcia

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Alberto Garre

Carta de un expresidente

Alberto Garre

Tocar a rebato

En la recta final de la legislatura autonómica, afrontar el debate presupuestario para 2023 con un parlamento gallinero de pollos sin cabeza, impropio de una democracia seria, con el grifo del agua cerrado por la insensible ministra Ribera, liderando el paro nacional(sufrido especialmente por el sector agrario) y la acusación manifiesta (verbal y literalmente) de mentir a ambas Administraciones, regional y nacional, de la Fundación Ingenio, que concitó a más de 1500 agricultores del Campo de Cartagena el pasado día 26 en Torre-Pacheco, aplaudiendo sin descanso las intervenciones de sus dirigentes, convierten el estado de nuestra región en una situación política dantesca. Había que tocar a rebato.

La salida en tromba de los representantes de los Gobiernos, nacional y regional, Hugo Moran, secretario de Estado; Ortuño, consejero de Presidencia, y Luengo, consejero de Agricultura, pone de relieve dos cosas: 1. La preocupación que les genera la respuesta de los agricultores a la Ley 3/2020, que, según los técnicos de la referida Fundación, les criminaliza y condena en exclusiva; y 2. y más importante, ambos Gobiernos pretenden distraer la atención de sus respectivos fracasos en materia de empleo. Que fácil les resulta ponerse de acuerdo a socialistas y populares cuando se trata de ocultar lo que a ambos inquieta.

Que el sector agrícola murciano está indignado ya lo sabíamos, pero que España ha perdido 60.000 empleos y 30.800 autónomos, rozando otra vez los tres millones de parados, según la EPA del tercer trimestre, es una novedad perniciosa y contestar con virulencia a los agricultores un artificio del señor Moran para ocultar la nefasta noticia del primero de los problemas que preocupan realmente a los españoles, el paro.

Y con la misma intención, para tan burda estrategia de encubrir que nuestra región, según la misma encuesta, ha liderado la caída del empleo en España, acumulando 17.600 parados más y colocándonos en 109.000 parados, se han ofrecido dos de nuestros mandatarios.

Cuando el pueblo percibe estas actuaciones teatrales empieza a dudar de que la jeta del jabalí sea la más dura de los seres sintientes.

Que el presidente Sánchez tiene fecha de caducidad esta asumido, pero nuestro presidente López Miras barrunta que el Gobierno de nuestra Comunidad Autónoma tiene más agujeros que una flauta dulce.

El pacto del agua que pretendía cerrar con Andalucia, Valencia y Castilla-La Mancha ha quedado en agua de borrajas. Ni Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana, le apoya, ni Paco Núñez, presidente del PP de Castilla-La Mancha, tampoco.

Entretanto, necesita el señor López Miras aprobar los presupuestos para 2023, pues de no ser así los perjuicios serían social y económicamente irreparables. La Asamblea Regional, que arrancó la legislatura con cinco grupos parlamentarios (PSOE, PP, Cs, Vox y Podemos), pudo, aunque de forma temeraria, controlarse ante la moción de censura, y ahora que son solo tres, PSOE, PP Y Mixto parece incontrolable. Y es que el transfugismo no obedece a la sola voluntad del tránsfuga, también a quien le acoge, sin caer en la cuenta de que quien se apoya en tránsfugas está marcando el origen de las hemorragias que más daño hacen y desangran la vida democrática.

El presidente no puede sacar más conejos de la chistera ciezana. Debería llevar el proyecto presupuestario al Parlamento tras consultarlo con todos los agentes sociales y económicos, con todos, hasta con la Fundación Ingenio.

Dialogar con todos los grupos parlamentarios y depositar sin atender filibusterismo alguno, venga de donde venga, la responsabilidad de apoyar un presupuesto vital para nuestra región en los 45 diputados. La sociedad le entenderá, reconocerá que no tiene más interés que el peso político de un presupuesto anual, que es mucho, y despreciará a quienes pretendan arruinarle políticamente aún a costa de que lo sufran un millón quinientos mil ciudadanos.

La Region necesita apreciar un giro decoroso, más humano que político y, créanme si les digo, señorías, que ustedes. todos, los 45, aún lo necesitan más.

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