Ha pasado por Murcia, al filo del Pilar, la Feria del Libro, felizmente libre, no sojuzgada por municipalismos varios o comunitarismos diversos que acaparan decisiones y orientaciones. Me acuerdo de cuando el Libro se subordinaba a cualquier ismo de moda, con los que la autoridad se arrogaba la decisión sobre a qué ismo debía sacrificarse el Libro. Y todo eran actividades para esos ismos, en detrimento de eso, del Libro. Bendita, pues Feria del Libro Libre. Una resurrección debida al llorado Chencho Piqueras, y que ha continuado, mejorándola, Jesús Boluda. Un manchego y un muleño, ciudadanos del mundo ambos, que no unidimensionalizan la universalidad del Libro.
Respetad al Libro y a su Libertad, todos. Nació con la imprenta, desprendiéndose del códice, y nació para todos. Los códices era cosas de clérigos y de nobles. El libro nació libre, en una casa alemana, de menestral ingenioso; no en un taller monacal o nobiliario. Defendamos al Libro de sus acechos públicos, que no hay nada más público que la libertad, de impresión, de edición y de distribución.
Desconozco las cifras de visitantes y de venta de este año 2022, pero como he vivido el día a día de la Feria sé a esas cifras altamente relevantes. Tanto y tanto como para suscitar las asechanzas de las instancias oficiales, siempre hambrientas de patrocinar eventos multitudinarios, para acaparar fotos y reportajes de los medios, así como presencia en las Redes. Vayan todos a la Feria, háganse fotos y vídeos, y, a la vez, compren, de su bolsillo, algunos libros, que tienen ustedes –todos– buen sueldo pagado por el contribuyente; pero no pretendan absorber o abducir al Libro y su fiesta mayor. La Feria del Libro, tal y como está, es ya de todos No necesita ampararse, en su totalidad, del dinero público para vivir y para triunfar.
La Feria del Libro está muy bien como está. Y lo público debe dejar a lo privado funcionar a solas. Por supuesto que derecho tiene la Feria del Libro a subvención de mayor o menor nivel, según normas ya establecidas, faltaría más. Eso es otra cosa, pero desprivatizar la actual vida próspera del evento que tratamos es robar protagonismo y triunfo a quien lo ha cosechado.
Acertó el Ayuntamiento murciano a ceder el corpyright de la Feria a los entusiastas escritores de PALIN, que han sabido, con paciencia y pundonor, acceder al prestigio que ahora tiene. Pero no pretenda, envidiosa del éxito, volver a las ediciones aquellas del Libro supeditado a los ismos. Libros de todas las clases, pero no subordinados a los ismos de la pedagogía pública de nuestros días. Ni de ninguna. Libre, ya digo.
Ya está.